MENTIRA

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X


Nuestro noviazgo a escondidas iba bien para haber pasado los primeros 5 días sin ser descubiertos por los demás.

Ego aún no me permitía dormir en su habitación y aunque a veces moría por ir en busca de calor, respetaba su decisión.

Claro que, a mí me gustaba abrazarlo y besarlo pero en la mansión no teníamos la privacidad que necesitábamos, ni siquiera en aquella habitación detrás del estante de libros...

*Flash Back*

Dejé la cinta de cuero y fui con Ego.

—¿Para qué es esa mesa de metal?

—Son cosas de Rose.

—Entonces este lugar no es tan privado —reí—, porque viene Rose a hacer sus actividades.

—No entra tan seguido. Nosotros vendremos cuando él no esté y por los demás no te preocupes, ellos no vienen.

—¿Blue no es el que entra a limpiar?

—No. Rose lo hace cada que entra.

—Entiendo.

Seguí observando lo que había en ese lugar. Vi una puerta.

—¿Y qué es esa puerta? ¿un baño?

—Un profundo y oscuro sótano.

—No sabía que la mansión tenía sótano... Bueno, es una casa antigua, era de esperar que lo tuvieran e incluso algún refugio bajo tierra.

—Más que un refugio es un castigo.

—¿Castigo?

—No me gusta entrar ahí, a nadie más que a Rose.

—Debe ser muy valiente.

—Vámonos, tenemos que salir.

—¿Y cuándo vendremos para estar a solas?

—Yo te diré.

*Fin FlashBack*

Nos faltaba intimidad pero aún así consideraba que nuestra relación era muy sana en el sentido de que parecíamos novios primerizos de secundaria, de esos que apenas se tomaban de las manos y solo besaban su mejilla.

Todo iba casi excelente.
A menos que se atravesara alguna situación que nos pusiera en conflicto como en las historias de romance.

La señorita Lion Heart ya no era amenaza y él mismo me lo había dicho.

Después de terminar de comer, subí en busca de mi novio.
La puerta de su habitación estaba abierta:

Lo vi acostado en su cama, mirando hacia el techo. Entré sin hacer ruido, cerré con la misma cautela; caminé casi de puntas con la intención de aventarme a la cama para sacarle un susto pero antes de hacerlo, se sentó cortando mis infantiles intenciones.

—¿Me escuchaste llegar?

—Desde que estabas en el pasillo.

—Quería asustarte.

—No hay forma.

—Sí, lo acabo de notar —le sonreí y me senté a su lado.

—¿Qué necesitas?

—Estar contigo —corté la poca distancia y recargué mi cabeza sobre su hombro—, me gusta estar cerca de ti. 

—¿Te quieres acostar conmigo?

Blood and love~ DaeJae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora