ES MUY CÁLIDO

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III


Regresé a la habitación y esperé un rato para poder entrar a darme un baño.

Me sentía avergonzado por mirarlo de tal forma, seguramente se había percatado de mi pervertida mirada puesta en su torso.

Después de un rato, volví a salir porque sí necesitaba darme ese baño; toqué la puerta para corroborar que él ya no estuviera ahí.

Me puse la ropa nueva.
Necesitaba un espejo pero en la habitación tampoco tenía uno.

Bajé a desayunar.

En la mesa ya estaban todos. Me miraron llegar, me puse tímido porque tenía la atención de cinco chicos bastante guapos.

—Buenos días —dije.

—Siéntate.

Todos se concentraban en comer, miraban su alimento y no decían palabra alguna. Aún así, me hacía feliz estar sentado con más de una persona en el desayuno.

—La comida sabe muy rica —dije.

—Gracias, yo la hice —dijo Rose—. Siempre la hago porque tengo el talento.

—Se nota. ¿Estudiaste gastronomía?

—Para nada. Sé hacerlo porque soy perfecto, ¿Hay algo que no haga bien? —sonrió.

—Me gusta tu seguridad —también le sonreí.

—Se llama soberbia —dijo Matrix.

—No creo que sea soberbia, tiene derecho a decir que es bueno porque lo es.

—Tú sí me entiendes, por eso me agradas tanto.

Le sonreí.

Desvanecí la sonrisa cuando vi que Ego seguía mirándome como en la cena y como en el baño... Seguramente lo había hecho sentir incómodo al mirar su cuerpo.

Al terminar el desayuno, tenía que disculparme con él.

—Estoy lleno —dijo Matrix. Pero sirvió una porción más en su plato. Lo miré de forma extraña porque seguía comiendo y de hecho todos lo hacían. Sí que tenían buen apetito.

Yo estaba muy lleno, no me cabía un bocado más, si seguía comiendo solo porque sí entonces se convertiría en gula, eso decía mi abuela.

Terminamos el desayuno.

Todos nos empezamos a levantar, antes de recoger los platos me acerqué a Ego.

—Ego.

—Dime —no me miró a los ojos.

—Yo... Eh, s-siento mucho lo del baño, no debí mirarte de esa forma.

—¿Me miraste?

—Pues... Sí.

—¿Y que tú puedas ver no es normal?

—S-sí pero lo hice de una forma incorrecta, perdón por eso.

—Realmente no sé de qué hablas.

—Em —sonreí con pena—, ¿No estás molesto conmigo?

—No.

—E-entonces no importa.

—Bien —se alejó.

Me sentía más aliviado.

Blue y yo nos pusimos a recoger los trastes sucios y entre los dos lavamos plato por plato.

Mas tarde subí a la habitación para sacar las cosas de la maleta y acomodarlas en el gran closet, después de todo, eran mías pero me las había obsequiado Rose, así que no pasaba nada si acomodaba como si fuera mi habitación.

Blood and love~ DaeJae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora