Blood and love~ DaeJae

COMO UN SUEÑO

IX

Su silencio y su cara inexpresiva me hicieron sentir nervioso.

—¿Enamorado? ¿Sientes amor por mí?

—Sí.

—¿Qué clase de amor sientes?

—Amor de pareja, es decir, siempre que te veo mi corazón se acelera, te extraño cuando no estás cerca, incluso ahora estoy nervioso al tenerte de frente.

—Bien —acarició mi cabeza y después se empezó a alejar.

Me quedé estático, con las palabras en la boca sin poder sacarlas para detenerlo y seguir conversando.

Apareció un nudo en mi garganta porque me habían rechazado de forma sutil.

Para pretender que estaba bien, que no pasaba nada, seguí lavando los platos.
Intenté pensar en otra cosa, me concentré mucho cada que pasaba el jabón por los trates sucios aunque eso no era interesante.

Cuando terminé, subí a la habitación con el temor de encontrarme con él antes de encerrarme. Me sentía avergonzado ya que él no quería mantener otro tipo de cercanía conmigo.

Entré a la cama y me cubrí con todas las cobijas.

Claro que estaba triste, me dolía el pecho por mi amor no correspondido, incluso quería llorar.

No era la primera vez que expresaba mis sentimientos a alguien pero ya tenía la experiencia de cuánto dolía no ser correspondido.

Tocaron la puerta. Me destapé:
Vi una nota debajo de mi puerta.

De inmediato me levanté para ir a recogerla.

Era de Ego. Sonreí porque sin importar mi estado de ánimo, cuando se trataba de él, aparecía una hermosa sensación en mi estómago y una sonrisa.

Desdoblé la hoja:

Te espero en el balcón ~

Amaba su perfecta letra; ver cualquier escrito suyo era un deleite para mis ojos y una preciada nota que guardar.

Me puse un suéter más abrigador y me dirigí al lugar.

Debería estar emocionado por su cita pero estaba nervioso y triste, ya que iba a reunirme con él para escuchar su rechazo directo.

Antes de abrir la puerta, con la mano sobre la manija, solté un suspiro.

Abrí:

Él ya estaba ahí viendo hacia el oscuro bosque.

—Ego —le sonreí aunque no me estaba viendo—... ¿Qué pasa?

—Es sobre tu confesión.

Mis piernas empezaron a temblar y mi malestar empeoró; necesitaba algo dulce para elevar mi presión que estaba por los suelos.

—Ah, s-sí pero no te sientas forzado a conversar sobre eso —con las pocas ganas que tenía, intenté formar una sonrisa de "todo está bien"—. Lo entiendo.

Giró para mirarme.

—Me sorprende que alguien como tú haya desarrollado sentimientos por algo como yo.

—Bueno, me fue imposible no interesarme en ti.

—Leí un libro escrito por un humano debido a lo extraño que me estaba sintiendo respecto a ti.

—Si te incomoda saber sobre mis sentimientos —dije con prisa—, no los volveré a mostrar. Lo menos que quiero es molestarte —agaché la cabeza.