Capítulo 1: Prejuicio.

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Mi vecina Mikasa  era antipática y nunca socializaba mucho con nadie. Vivía con sus padres y vestía con faldas muy largas, blusas anchas, una bufanda roja que nunca se quitaba, muy poco juvenil o a la moda.

Cuando salía por el contrario llevaba unos pantalones negros largos y una camisa blanca. Me la encontraba muchas veces en el metro, era usual que la confundieran con un hombre pero no creo que le molestara.

Ella trabajaba en una oficina, me la encontraba cuando salía de la universidad, pero jamás caminamos juntas hasta casa y eso que vivíamos una al lado de la otra.
Yo vivía sola, ella vivía con sus padres, su madre era una mujer buena y agradable, estaba en silla de ruedas. Su padre era gentil y sencillo, eran personas buenas. La única antipática en esa casa era Mikasa, y lo sé porque un día fui a visitarlos, ella me trató con mucha indiferencia y ansiosa porque me marchara, desde entonces no la veía con buenos ojos.

Una tarde mientras estaba de vacaciones de la universidad,  su padre tocó mi puerta  y hablamos un poco, me contrató para que cuidara a su esposa por un tiempo porque él debía ir de viaje y su hija Mikasa estaba ocupada en el trabajo, acepté sin dudar.

Cuando el señor Ackerman se marchó a su viaje yo me quedaba mañana y tarde completa con la agradable señora Ackerman y solo me iba cuando casi se ponía el sol, cuando Mikasa con la cual no hablaba mucho cuando llegaba yo me marchaba.

Los fines de semana no tenía que ir, porque Mikasa los tenía libre, aún así yo decidí ir porque le preparé algo delicioso a la señora Ackerman y quería llevárselo.

La puerta de la casa estaba abierta y tomé el atrevimiento de entrar, la señora Ackerman estaba en la sala.
-Señora Ackerman, buenas tardes, lamento presentarme sin anunciarme antes, pero es que quería darle a probar ese postre que antes le mencioné.
-¡(...) querida! No tienes que disculparte, es un placer siempre tenerte aquí, gracias por venir.
-Espero no incomodar a su hija.
-¡Oh no! No te preocupes, Mikasa es así pero no significa que la caigas mal, ¿Por qué no te sientas?
-Gracias, antes voy a la cocina a servir el postre.
-¡Claro! Con confianza.

Me dirigí a la cocina para hacer lo planeado, traje 3 platos por si Mikasa bajaba y me senté tranquilamente en la sala mientras probaba el postre  con la señora Ackerman.

-¡Está realmente delicioso! No me mentiste  cuando me dijiste que te quedaban muy bien.
-Me alegra que le haya gustado, aunque creo que le faltó algo más de azúcar.
-Pues a mi me fascina, estoy segura que a Mikasa también le gustará probar un poco.
-¿Y ella dónde está?
-Está en su cuarto duchándose, llegó hace un rato de hacer ejercicio.
-Entiendo... sabe...yo creo que no le agrado.
-¿Por qué dices eso?
-Pues me trata con mucha indiferencia, y creo que no le gusta mi presencia en esta casa.
-No es verdad, Mikasa a veces no sabe como mostrar sus emociones, cuando pequeña...le pasó un evento horrible que la hizo volverse fría y callada pero es humana.
-¿Le pasó algo horrible?

Al instante me arrepentí de la pregunta tan imprudente.
-Perdón, no era mi intención meter mis narices donde no me han llamado.
-No te preocupes, eres de confiar...pues lo que pasó fue que la secuestraron y...
-Lo siento mucho señora, de verdad lo lamento.
-No pasa nada (...), lo peor de todo es que cuando ella volvió su mejor amigo de infancia se marchó del país, quedándose completamente  sola...la bufanda que lleva consigo se la regalo él, ella no se despega de ella nunca.
-Entiendo...
-Ella siente un asco por los hombres excepto por su amigo el cual recuerda muy bien, y mi esposo su padre por supuesto... ella se cierra con cualquier persona y la verdad sé que no le hace nada bien, fue a terapia pero nunca logramos nada.
-Me gustaría ayudarla.
-Eso suena bien, tú a ella le agradas mucho ¿Sabes?
-¿Eso cree?
-Claro que si, cuando estamos solas me comenta que le pareces muy linda y simpática, dice que le gusta tenerte cerca.

 Mía  (Mikasa x lectora) +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora