IV

613 72 4
                                    

- El rayo maestro de Zeus - dijo Quirón, nervioso - El símbolo de su poder, de donde salen todos los demás rayos. La primera arma construida por los cíclopes en la guerra contra los titanes, el rayo que desvió la cumbre del monte Etna y despojó a Cronos de su trono; el rayo maestro, que contiene suficiente poder para que la bomba de hidrógeno de los mortales parezca un mero petardo -

- ¿Cómo demonios se pierde una arma como esa? - preguntó Dante. Quirón había reunido a este y a Annabeth mientras que Percy había subido a hablar con el Oráculo.

- Ha sido robado - dijo Quirón.

- ¿Quién? - preguntó Annabeth.

- Mejor dicho, por quién - la corrigió Quirón, maestro siempre - Por Percy -

- Disculpa, ¿qué? - dijo Dante sorprendido. Solo conocía a Percy de un par de días, pero era imposible que aquel chico con cara de tonto hubiese robado una de las armas más poderosas de la historia.

- Al menos, eso es lo que cree Zeus - siguió diciendo el hombre - Zeus tiene buenos motivos para sospechar. Veréis, las forjas de los cíclopes están bajo el océano, lo que otorga a Poseidón cierta influencia sobre los fabricantes del rayo de su hermano. Zeus cree que Poseidón ha robado el rayo maestro y ahora ha encargado a los cíclopes que construyan un arsenal de copias ilegales, que podrían ser utilizadas para derrocar a Zeus. Lo único que Zeus no sabía seguro es qué héroe habría usado Poseidón para cometer el divino robo. Ahora el dios del mar acaba de reconocer abiertamente a Percy como su hijo. Él estuvo en Nueva York durante las vacaciones de invierno y podría haberse colado fácilmente en el Olimpo. Por tanto, Zeus cree que ha encontrado a su ladrón -

Todos en la habitación se callaron cuando el chico mencionado entró a la habitación - ¿Y bien? - le preguntó Quirón.

Se derrumbó en la silla junto a la mesa de pinacle - Me ha dicho que recuperaré lo que ha sido robado - Grover se adelantó en su silla, mascando nervioso los restos de una lata de Coca-Cola light.

- ¡Eso es genial! – dijo el sátiro.

- ¿Qué ha dicho el Oráculo exactamente? - le presionó Quirón - Es importante –

- Ha... ha dicho que me dirija al oeste para enfrentarme al dios que se ha revelado. Recuperaré lo robado y lo devolveré intacto – dijo el chico

- Lo sabía - intervino Grover.

Quirón no parecía satisfecho - ¿Algo más? – volvió a preguntar.

Percy miró a los presentes en la sala y Dante notó la duda en la mirada del chico – No. Eso es todo –

- Muy bien, Percy. Pero debes saber que las palabras del Oráculo tienen con frecuencia doble sentido. No les des demasiadas vueltas. La verdad no siempre parece evidente hasta que suceden los acontecimientos – dijo el centauro.

- Vale - dijo, ansioso por cambiar de tema - ¿Y adónde tengo que ir? ¿Quién es ese dios del oeste? -

- Piensa, Percy. Si Zeus y Poseidón se debilitan mutuamente en una guerra, ¿quién sale ganando? – dijo Dante.

- Alguien que quiera hacerse con el poder - supuso.

- Pues sí. Alguien que les guarda rencor, que lleva descontento con lo que le ha tocado desde que el mundo fue dividido hace eones, cuyo reino se volvería poderoso con la muerte de millones. Alguien que detesta a sus hermanos por haberle hecho jurar que no tendría más hijos, un juramento que ahora han roto ambos – dijo Quirón.

- ¿Hades? – preguntó Percy.

Quirón asintió - El Señor de los Muertos es el candidato seguro -

ARES #1 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora