VIII

373 51 10
                                    

- ¿Cómo repartimos las horas de sueño? - preguntó Helena cuando acabaron de cenar.

- Empieza tú. Luego te despierto para que hagamos el cambio - respondió Dante.

- ¿No prefieres dormir tu primero? Tienes cara de cansado.

Y era verdad, llevaba sin dormir bastante y el combate con la maldita serpiente le había dejado agotado - Estoy bien... -

La chica pareció dudar pero al final accedió - Vale... Pero si quieres dormir despiértame aunque no haya llegado la hora - dijo antes de acurrucarse en su lado de la cama. Dante apagó la luz de la habitación para que Helena pudiese dormir y se sumergió en la oscuridad. No tuvo que esperar mucho para empezar oír la respiración tranquila de Helena, señal de que ya se había dormido.

Pasaron un par de horas mientras Dante repasaba mentalmente todo lo que había pasado en estos dos últimos días. Desde la llegada de Percy hasta su último encontronazo con el sátiro Michael. ¿Cómo estarán Percy y los demás?, pensó.

- Dante... - dijo una suave voz. El chico se giró sorprendido al creer que Helena se había despertado. Esta estaba con los ojos abiertos y le miraba con una sonrisa.

- Helena... ¿Qué haces despierta? Todavía no ha llegado la hora del cambio - dijo mientras miraba su reloj.

- No tenía sueño - dijo esta sentándose al lado suyo - Además... quería hablar contigo... -

- ¿De qué? - preguntó curioso. La chica apoyó la cabeza en su hombro y cogió con cariño su mano, entrelazando los dedos - Helena... ¿qué pasa? - La chica se subió a ahorcajadas sobre el regazo del chico y cogió su rostro, obligándole a mirarle a los ojos - Helena... -

- Shhh - dijo ella poniendo un dedo en sus labios, después pasó sus manos por debajo de su camiseta tocando su cuerpo.

- Helena... - repitió Dante embelesado.

- ¿Qué? - preguntó alguien al lado suya. Dante se giró asustado y vio como la chica se desperezaba al lado suyo. Dante miró al frente y donde segundos antes estaba la chica ahora se encontró con un joven alado. Instintivamente se levantó con todas sus fuerzas y cogió al chico por el cuello para estrellarlo contra la pared - ¡¿Qué ocurre?! - preguntó Helena nerviosa mientras intentaba encender las luces.

-¡¿Quién eres?! ¡¿Qué eres?! - gritó Dante enfadado.

- Tranquilo mortal - dijo el joven alzando los brazos - No he venido a pelear -

- ¡¿Entonces qué haces aquí?! - respondió con furia mientras apretaba el cuello del chico - ¡¿Quién eres?! -

- Soy uno de los Erotes. Himero - dijo el chico con una sonrisa - ¿Podrías soltarme, por favor? -
Dante estaba muy enfadado por lo que en respuesta apretó aun más el cuello. No le importaba si era un Erote, un sátiro o el mismísimo Zeus lo que más quería ahora mismo era arrancarle la cabeza al chico.

- Dante... Tranquilo - dijo Helena cogiéndole de los brazos en un intento de calmarle - Vamos... suéltale -

A pesar de su enfado Dante soltó al joven quien cayó al suelo intentando recuperar la respiración - Sí que eres fuerte... - dijo mientras tosía - ¿Quién es la señorita? -

- No la mires - rugió Dante enfadado.

- ¿Por qué estas tan enfadado? Con lo bien que te lo estabas pasando...

En respuesta Dante volvió a cogerle del cuello levantándole en volandas - Di algo más y te juro que te arranco la cabeza - amenazó.

- Vale, vale. Mensaje captado - dijo el dios guiñándole el ojo.

ARES #1 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora