Dante se quedó a solas en la habitación pensando en lo que acababa de decir Helena. Si recuperase la memoria..., pensó. Habían pasado cinco años desde que la perdió, y la verdad es que ya se había acostumbrado. Al principio sí que le entristecía el no recordar nada, sobre todo cuando los otros chicos del campamento hablaban de sus padres mortales y sus vidas fuera del Campamento Mestizo, pero con el tiempo se acostumbró a esa sensación de soledad en su interior.
Así, perdido en sus pensamientos, pasó el rato y ni siquiera se enteró cuando Helena salió del baño - Dante... - le llamó ella y sacándole de sus pensamientos.
- Sí... Estaba pensando... - dijo. Después de una rápida ducha volvió a la habitación donde Helena ya estaba cenando. La chica le ofreció un par de sándwiches que habían comprado - Oye... ¿Por qué no quisiste ir a ver a tu madre? - preguntó él.
Helena dejó el bocadillo que estaba comiendo y miró la cama mientras pensaba una respuesta - No es tu problema Dante... -
El tono de la chica le dio a entender que no siguiese hablando del tema, pero aun así lo hizo - Antes me has preguntado lo que haría si recuperase la memoria... Lo primero que haría sería abrazar a mi madre. Si sigue viva claro - dijo con una sonrisa triste - No sé por qué pero mi padre se niega a decirme nada de mi madre y dice que no puede ayudarme con lo de la pérdida de memoria... - Helena miró al chico sin decir nada - Te quejas de tu madre, pero al menos tienes una... -
- Dante... Yo no tengo madre, solo es una mujer a la que obligaron a cuidar a una niña.
- Puede... Pero al final del día ella es tu madre. Y eso es lo único que jamás cambiará - dijo Dante - La vida de los semidioses es muy dura, la mayoría muere antes de cumplir los veinte años... Nosotros estamos en una misión, podríamos morir en cualquier momento, si eso pasa, ¿no te arrepentirías de no ver a tu madre una última vez? -
Helena no respondió y simplemente se metió debajo de las sabanas dándole la espalada - Duerme tú. Yo haré la primera guardia -
Dante quiso seguir hablando, hacerle entender a la chica que lo más importante era la familia, pero viendo que la conversación no iba a ningún lado decidió hacer caso a la chica. Se metió debajo de las sabanas espalda con espalda - Solo espero que no te arrepientas... - dijo antes de dormirse.
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Dante volvía a estar en el mueso de sus sueños, esta vez estaban en otro de los pasillos del lugar donde los lestrigones habían acumulado un par de bloques de mármol, creando un trono donde estaba sentado el lestrigón con corona - ¡¿Cómo que alguien se ha colada?! - gritó enfadado.
- Lo que oye mi rey. Alguien se ha colado - respondió uno de los gigantes.
- Será el hijo de Ares del que nuestro señor nos advirtió - dijo más calmado - Al final sí ha venido a por la dagas... -
- ¿Qué hacemos? - preguntó el lestrigón - ¿Los buscamos? -
- No... dejad que vengan. Quieren los cuchillos y no se irán sin conseguirlas. Les esperaremos aquí.
- Mira héroe - dijo una voz al lado suyo. Dante se giro sorprendido pero no había nadie - No me busques... -
- Eres el de la cueva - dijo Dante - ¿Qué haces aquí? -
- Solo estoy aquí para ver qué decisión vas a tomas - respondió la voz.
- ¿Qué decisión voy a tomar? - preguntó Dante - ¿Qué te importa? -
- Digamos que eres alguien interesante, igual de interesante que el hijo de Poseidón o puede que más - dijo la voz mientras reía suavemente.
- ¿Hijo de Poseidón? ¿Te refieres a Percy? ¿Qué pinta él en esto?
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ARES #1 // DIOSES DEL OLIMPO
FanfictionDescubre quién eres... Cinco años... Cinco años en el Campamento Mestizo, donde Dante se convirtió en uno de los semidioses más respetados. Sin embargo, la aparición de un nuevo campista y el despertar de un mal ancestral pondrán aprueba sus capacid...