Condón roto.
— ¡AH! ¡Más! Mm Ah ¡sí! ooohh ¡CIELOS TOMAS! ah aah ¡más! Dame más... ¡más duro! ¡Ah!
Los gritos indecentes de Yeni se hicieron eco a lo largo del lamentable, húmedo y maloliente callejón oscuro.
El feo letrero de neón no terminaba de decidir si iluminar con su verdosa luz el lugar donde follaban como gatos en el tejado o apagarse para siempre y dejar de jugar con la cordura de las retinas.
No había una pizca de vergüenza en aquella desquiciada pareja. A ninguno le importaba si otros los veían o los escuchaban.
Desconocían todo pudor.
La vida de los dos era tan enferma, despreocupada y desordenada. Nada ni nadie les importaba, vivían día a día, sin pensar en el mañana.
Yeni fingió un falso y escandaloso orgasmo en lo que Tomas realmente terminaba dentro de ella.
La beta aprovechó los espasmos placenteros de su novio para meter la mano en el bolsillo ajeno y sacar el miserable dinero que ganaba el muchacho en el viejo bar siendo mesero, estiró sus comisuras y sonrió en grande cuando vio la cocaína que venía con el dinero, lo lanzó a un costado y lo empujó con el pie ocultándolo detrás del apestoso contenedor de basura asustando a una que otra rata, después volvería a ese sucio callejón para recogerlo, ya que en ese instante su corta pollerita estaba en el suelo y su blusa que casi nunca tapaba sus pechos estaba colgando de uno de sus codos, no había donde guardarla.
¿Ropa interior? Yeni no los conocía.
El rubio de ojos azules se recompuso y sonrió satisfecho — que buen polvo me diste negra... pero debo regresar a trabajar, si el gerente descubre que no estoy en el trabajo será el segundo empleo que pierda en la semana — explicaba en lo que sacaba en condón de su miembro, sólo que hubo un pequeño fallo, nada importante en realidad… éste estaba goteando.
Yeni lo miró con sus ojos marrones muy abiertos, el sudor que recorría el costado de su morena cara lo sintió frío, casi helada; penetrando lentamente en su cráneo, burlándose de su inminente desgracia.
— ¡QUE DIABLOS TOMMO! — grito con un tono casi en pánico cuando el semen caliente salía y se deslizaba lentamente por su achocolatada y preciosa pierna.
La pareja discutió malditamente furiosos.
Tomás se defendía diciendo que no era su intención, y Yeni, esa preciosa beta ya había culpado y condenado a su alfa sin dar oportunidad a la imparcialidad.
El rubio se dio la vuelta entrando otra vez por la puerta trasera del bar, cerrándola con tal fuerza que el lamentable letrero de neón siseo oscilando con la promesa de caer, dejando que su novia siga gritando sola, ahora histérica, con la vena de su delgado cuello marcando todo el contorno, pensando en aquel posible consecuencia.
Se arregló la pollera y la blusa, agarró la droga y el dinero que le robó a su novio y abandono el desolado callejón, haciendo resonar sus tacones en cada enfurecido paso.
***
Yeni conoció a Tomás en una discoteca de mala muerte, habían bailado toda la noche y terminaron follando escandalosamente en el baño, a ninguno le importó si era un baño para alfas machos, pero quedaron encantados y cuando descubrieron la forma única y escandalosa en la que follaban, se juntaron haciéndose novios.
Concluyeron que no encontrarían a otro mejor que ellos juntos en la cama.
Mas nunca hubo necesidad de una marca, ni siquiera tenían un vínculo que compartir.
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HIJO DEL DESTINO. Hablemos de amor. ☀️🌻
FanfictionEncontrar a un destinado se había vuelto la cosa más difícil para los lobos. Pero si ese milagro sucedía podría ser la más grande dicha que una pareja destinada obtendría... o tal vez la tragedia más insoportable si llegasen a perder uno al otro en...