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Reki observó cómo Langa desaparecía tras el umbral de la puerta del baño. Parpadeó varias veces confundido ante la situación y después de unos segundos cayó en cuenta de todo.

Observó la cama en la que se encontraba sentado y luego de nuevo miró hacia la puerta.

«¿Se supone que quiere dormir en la cama pero que no quiere que yo duerma en el suelo?» Pensó para si mismo y deslizó una de sus manos por la colcha, pensativo, pues la cama no era demasiado grande, cabrían los dos, pero definitivamente estarían incómodos.

Cuando vio como Langa salía del baño, se puso en pie y señaló a la cama unos segundos, haciendo que Langa hiciera una mueca, confundido ante la falta de contexto.

— Es pequeña para ambos —dijo Reki finalmente y cruzó sus brazos.

— No importa —respondió sentándose en el borde de la cama y mirando al pelirrojo. — no me molesta

— Pero... puedo dormir en el sofá si es necesario —rascó su nuca y desvío su mirada hacia la ventana, decidió acercarse a cerrarla pues había quedado abierta.

— No bajarás las escaleras estando cojo, además tu madre no sabe que estoy aquí, si te ve en el sofá le parecerá extraño —opinó el peliazul mientras comenzaba a apartar la ropa de la cama. —Déjame un pijama —pidió mientras volvía a dirigir su mirada a Reki.

Fue una mirada tan intimidante que le fue imposible negarse a aquello, al menos así lo vio Reki, fue como si Langa estuviera viendo su alma a través de sus ojos, le dio escalofríos, no sabría describir de qué modo.

Sin decir más abrió uno de los cajones y sacó ropa para dormir, entregándosela, Langa no tardó en agradecer y dirigirse al baño.

Esperaría a que se vistiera él primero para después ir, pues se tomaría su tiempo el vestirse con una pierna escayolada. Finalmente unos minutos después salió Langa con su pijama, le quedaba un poco corto pues Langa era un poco más alto pero tampoco le quedaba pequeño del todo.

Reki rió un poco al ver al peliazul con su pijama, el cual era algo extravagante mientras que Langa le miraba con cara seria y cruzando sus brazos con indignación ante sus burlas.

— No te rías — se quejó acercándose y golpeando suavemente su frente con uno de sus dedos.

Reki solo pudo reír más, aunque esta vez cubriendo su frente para no recibir otro golpe.

—Esta bien, está bien, me toca. — se despidió y caminó hacia el baño, realmente odiaba la escayola, se sentía torpe, patético y observado cada vez que caminaba.

Una vez en el baño quitó su camiseta para poner la del pijama. Tomó aire preparándose mentalmente para lo realmente complicado, trató de quitarse los pantalones tirando unas cuantas cosas del mueble al suelo, realmente no le dio mucha importancia pues al final pudo conseguir quitarlos, pero Langa se preocupó un poco ante tanto alboroto.

—¿Reki? —se levantó el peliazul tocando a la puerta del baño y pegando su oído para ver si lo escuchaba — ¿Todo bien?

—S-sí... —dijo el pelirrojo algo ahogado ante el esfuerzo, había terminado sentado tratando de colocarse correctamente los pantalones — Estoy bien —cuando se los colocó finalmente soltó un gran suspiro de alivio.

Sin perder más tiempo abrió la puerta del baño para salir pero Langa continuaba allí, haciendo así que ambas frentes chocaran. Ante el impacto Reki gimió adolorido y agarró su cabeza frotándose la frente, estaba recibiendo mucho odio ese día.

—Mierda Langa, ¿Por qué sigues ahí? ¿Te hice daño? —preguntó olvidándose de su dolor e inclinándose un poco hacia arriba, separando el cabello azul de su frente y observando la zona enrojecida.

—Sí, yo estoy bien... ¿Tú estás bien? —susurró el más alto, mirando con preocupación al ajeno.

Reki al escuchar su susurro tan cercano, fue cuando se dio cuenta de lo cerca que estaban sus rostros en aquel momento, desvió la vista de su frente y se fijó en sus ojos, los azules le estaban mirando intensamente con preocupación, sabiendo así que el azul aún no se había dado cuenta de la cercanía. Reki abrió sus ojos con sorpresa y colocando las manos en los hombros ajenos lo empujó suavemente hacia atrás, casi con nerviosismo.

—Sí, y-yo estoy bien, no pasó nada —contestó rápidamente de forma atropellada y se separó por completo caminando hacia la cama sin siquiera volver a mirar en su dirección, dejando a Langa confundido frente a la puerta del baño.

Reki se llevó una mano al pecho y se aferró al pijama, se sentía abrumado ahora mismo, su corazón estaba comenzando a latir rápido y quería tranquilizarse.

No pudo evitar fijar su mirada en el espejo de su habitación, un Reki con el cabello alborotado, mejillas enrojecidas y pupilas algo dilatadas, le devolvía la mirada. No se reconoció a si mismo, trató de volver en si golpeando sus mejillas con ambas manos y suspiró pesadamente.

—Durmamos, es tarde. —Langa se acercó, quedándose quieto tras él, Reki le devolvió la mirada por el espejo y sin mucho más que decir asintió con su cabeza.

No mucho tiempo después ambos se encontraban metidos en cama mirando al techo, Langa había insistido en que Reki se pusiera al lado de la pared para que no cayera y se lastimara.

Después de unos minutos en silencio, Reki ladeó su cabeza inconscientemente para mirar el perfil del peliazul, observando con detalle cada facción de él.

—¿Pasa algo? —rompió Langa el silencio al sentirse observado por el ajeno, Reki al ser descubierto se sobresaltó y volvió a mirar al techo con sus mejillas nuevamente rosadas.

—No, nada —murmuró en un tono bajo de voz mientras jugaba con sus manos sobre su estómago, sentía de nuevo como su corazón comenzaba a acelerarse.

Ahora era Langa quien veía al chico, a pesar de la oscuridad pudo notar sus mejillas coloradas, pero decidió no decir nada ante ello y simplemente observarlo.

Reki se sintió tan observado que se encogió en su sitio subiendo las mantas hasta cubrir su nariz, se sentía intimidado y avergonzado.

—Voy a dormir, buenas noches. —dijo sin más, no quería que siguiera viéndolo, le hacía sentir ansioso, nervioso, y su corazón no disminuía en velocidad.

Finalmente se giró dándole la espalda, sabía que no sería capaz de dormir todavía pero al menos no sentiría aquella intensa mirada azul. Clavó su vista en la pared mientras pasaba una mano por debajo de la almohada, colocándola debajo de su cabeza.

Langa finalmente soltó un suspiro y observó la nuca del otro durante unos segundos, al darse cuenta que no se movía supo que aquella noche había llegado al fin y que debía dormirse tambien.

Dudó un poco antes de girarse tambien hacia el mismo lado que Reki aunque sin apegarse a él pues no quería agobiarlo, algo temeroso deslizó su mano bajo la almohada y, vacilante, acercó sus dedos a la mano de Reki. En cuanto sus dedos rozaron la piel del ajeno, a ambos se les aceleró el corazón como nunca antes, solo que ninguno sabía que el otro estaba despierto.

Reki fingía estar dormido, creyendo que Langa había caído ya en el sueño, por lo que cuando sintió el roce de su mano, se tensó, no por incomodidad, sino que por nervios. Podía casi escuchar sus latidos, y aún pensando que Langa estaba dormido, no apartó la mano.

Lo que pasó debajo de la almohada, definitivamente se quedaría bajo la almohada pues ambos pensaban que el contrario dormía, siendo así que ambos estaban despiertos pero nunca sacarían el tema de aquel pequeño e inocente roce.

••••

HEYHEYHEYY

Tal vez estoy alargando mucho esta parte, quiero decir, el que estén en su casa y no haya pasado nada de la idea principal todavía, pero quiero tomarlo con calma y no acelerar las cosas, definitivamente creo que será bastante más bonito de ese modo

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By your side || Lanki • RengaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora