La oficina de Gustabo se encontraba en completa parsimonia, sólo el ruido de sus rápidos dedos tecleando molesto en el ordenador era lo que llenaba el ambiente. Quería acabar su trabajo rápido e irse a casa, estaba harto de todos allí, harto de no sentirse valorado.
Un fuerte portazo le sobresaltó, era su jefe, Jack Conway. Fingió continuar con su trabajo, ignorando por completo la presencia del pelinegro, con los ojos fijos en la pantalla.
—¿Sigues molesto cariño? — Espetó sutilmente el mayor, usando la voz grave que le hacía caer a sus pies cada vez que la empleaba con él. Sólo que esta vez recibió el silencio del rubio, quien pretendía desoír sus coqueterías baratas.
Conway dirigió sus pasos con decisión y sutileza hasta el escritorio del menor, girando bruscamente su asiento para quedar frente a frente, apegando peligrosamente su rostro al de Gustabo. —Eres una pequeña ratita escurridiza— Tomó con su mano derecha el blanco cuello de éste, dejando sus labios a escasos milímetros.
—Déjame en paz, viejo, eres la última persona con la que quiero tratar en este momento— Gustabo sonaba enfadado, pero su lenguaje corporal no le estaba ayudando en absoluto. Intentó alejarle posando su mano en el pecho de Jack, la cual no fue capaz de retirar al sentir su calor bajo el caro traje que vestía, mucho menos al sentir el característico aroma de su perfume ingresar por sus fosas nasales, removiendo todo en su interior.
—¿Estás seguro de eso? Te noto tenso, si quieres podr...— fue interrumpido.
—No, no quiero nada, gracias. Si andas acumulado vete a puto molestar a otros con tus mierdas, después de todo...es lo que siempre haces, ¿No? — Movió su rostro a un lado intentando alejarse, pero la mano de su astuto jefe reforzando el agarre sobre su cuello le produjo una deliciosa sensación, extrañaba ese+ tacto falto de suavidad sobre su cuerpo.
Un jadeo escapó de entre los labios de Gustabo, chocando con el cálido aliento del pelinegro que respondió a su comentario con su sonrisa maliciosa y una ceja enarcada. —Mientes. Estás celoso y sobretodo molesto porque no te estoy follando ahora mismo contra este escritorio— Aquella voz grave nuevamente causaba estragos en su interior, sus pupilas se dilataron sobre el azul de sus ojos, y su respiración se hizo irregular, delatando su necesidad.
Gustabo tragó con dificultad. Podría estar en lo correcto el pelinegro, pero su orgullo estaba por delante de la calentura, no se dejaría humillar por su jefe, ni dejaría pasar esta oportunidad. Levantó su mirada, encontrándose con esos oscuros ojos que tanto le atrapaban, y aprovechando la cercanía de sus rostros pasó su lengua sobre los labios del mayor, con lentitud, provocativamente, sin detenerse. Su mano tomó con fuerza la corbata que usaba, acortando incluso más la distancia entre ambos. En ningún momento cortaron el contacto visual, la tensión y el calor eran palpables. —Eres un viejo de mierda y un hijo de puta, por eso me encantas— gruñó sobre sus labios, atrapándolos en un beso atrevido y violento. Se devoraban hambrientos, con rabia, aun gruñendo mientras quitaban sus ropas desesperados sin romper el beso.
Las manos del moreno acariciaban con lascivia el cuerpo de Gustabo, apretando toscamente todo a su paso, amaba no tener que ser delicado con él. En un rápido movimiento sus extremidades superiores fueron inmovilizadas. El rubio estaba atando torpemente sus manos con la corbata que llevaba puesta hace instantes, quedando igualmente confundido y encantado con su osadía.
—¿Qué mierda haces, Gustabo? — alzó la voz.
—Cállate si quieres follar, que aquí quien va a poner las condiciones soy yo— entre murmullos amargos Gustabo le dejó claro el juego, arrodillando a Jack frente a la silla donde el menor seguía sentado. Tomó su cabello azabache con rudeza y le acercó la boca a su ya endurecido miembro, humillándole con una mirada perniciosa y disfrutando del poder. —Y empieza a trabajar con esa boca, que no tengo todo el día viejo— Tomó su propio miembro y con la punta de éste acarició los labios del moreno, quien le miraba fijamente sin moverse.
—¿No vas a hacerlo? Perfecto, me vestiré en ese caso, tengo cosas que hacer— amenazó tomando su ropa de a poco, con tranquilidad.
—Vuelve a esa puta silla— La profunda voz del hombre que seguía arrodillado y atado de manos le hizo sonreír complacido, sus manipulaciones siempre funcionaban.
Una vez sentado, su mano se posó nuevamente sobre el cabello del mayor, en esta ocasión con suavidad, acariciando y disfrutando la situación. Un delicioso ardor le recorrió por dentro cuando la boca de Conway tomó su erección por fin, con lentas caricias su lengua mimaba la punta de ésta, haciendo al rubio soltar pequeños gemidos inclinando su cabeza hacia atrás.
Con ambas manos tomó el rostro de Jack, marcando un ritmo mucho más acelerado. Era un exquisito vaivén cargado de deliciosas sensaciones. Cada vez que subía propiciaba una succión, generando un intenso sonido que aumentaba aún más su excitación. —N-no te detengas— Soltó Gustabo entre jadeos, quemándole con su fría y lujuriosa mirada. Se estaba deshaciendo bajo el experto toque del pelinegro que trabajaba incansable buscando la satisfacción del menor. Gustabo sintió una rica tensión crecer en su parte baja del estómago, estaba cerca, no podría aguantar mucho más.
Gimoteando, tomó los cabellos de Jack para alejarle. Acercó sus labios a los del moreno, desafiante, y murmuró con erotismo —¿Sabes qué? Creo que tienes razón, estoy celoso, y sobretodo molesto porque no me estás follando ahora mismo contra mi escritorio— apenas había liberado las manos del mayor, éste le estampó bruscamente contra aquel mesón de caoba, pegando su pecho y rostro a la superficie y dejando su trasero a su completa disposición.
En su oído, con una voz profundamente excitante Conway murmuró —Ábrete para papi—.
Sin pensarlo, las manos de Gustabo se dirigieron a sus nalgas, separándolas para darle total acceso a aquellas vistas que Jack adoraba. Meneaba sensualmente sus caderas tentándole aún más. El pelinegro llenó de caliente saliva su entrada en un certero escupo, metiendo dos dedos sin esperar más tiempo y sintiéndole tensarse ante su intromisión. Movía sus dedos ágilmente disfrutando de los pequeños quejidos de placer que salían del menor. Sin esperar más los retiró, alineando esta vez su propia erección en el orificio del rubio.
De manera lenta pero firme comenzó a ingresar en aquellas calientes carnes, disfrutando cómo éstas le envolvían exquisitamente haciéndole perder el control. Tomó a Gustabo del pelo y violentamente le embestía, oyendo sus gimoteos y sollozos. Éste se aferraba a sus propios glúteos abriéndolos aún más a Jack, lloriqueaba de placer. Tenían un festín de sonidos mezclados entre el choque brusco de sus pieles, el roce constante, sus gruñidos y gemidos, y ocasionales nalgadas que le soltaba el mayor a Gustabo, haciéndole gritar del disfrute que esto le daba.
Estocadas firmes resonaban, sus jadeos inundaban la oficina —A-ahí, ahí— gimoteó casi inaudible el menor al sentirle rozar su punto más sensible. Su mente se nubló por completo ante la rica sensación que le enviaba olas de placer. Jack aumentó la velocidad y fuerza de sus embestidas, viendo cómo Gustabo se corría sobre el escritorio entre jadeos y desesperados gemidos. Aquello le encendió aún más, llevándole al límite. Salió de su interior y con su último aliento estimuló su miembro, liberando aquel caliente y blanco líquido sobre las nalgas y espalda del rubio en un salvaje gruñido.
Con paciencia, Conway comenzó a limpiarle antes de vestirse, dejando tiernos besos a lo largo de su pálida piel, admirando aquella suavidad. Seguían perdidos en el toque del contrario disfrutando en silencio ese íntimo momento, pero unos golpes en la puesta les sobresaltó.
—¿Gustabo? ¿Estás ahí? — Quedaron paralizados, en completo silencio. —¿Gustabo? — La puerta se abrió, dejando ver a un impactado y dolido Horacio que les miraba con decepción. —¿De verdad te follaste a mi novio? — espetó en un hilo de voz, lágrimas se agolpaban en sus ojos.
—N-no, no es lo que parece—
—Claro, ahora se trabaja aquí sin ropa, ¿no?... Anda iros a la mierda— Un portazo fue lo último que escucharon, quedando sin aliento y con el corazón desbocado. Estaban en problemas, definitivamente.
![](https://img.wattpad.com/cover/260821678-288-k703366.jpg)
ESTÁS LEYENDO
One Shots - SpainRP / InfamesRP
FanfictionOne Shots - SpainRP / InfamesRP - Volkacio - Jackacio - Intenabo - Grecacio - Fordacio - Hollins - Volkway -Kovacio -Arthuracio - etc. Pueden ver éste y otros escritos terminados que no están aquí, en mi Twitter @Paaaaaawy [Con 6 'a' en el user]