26

96 11 2
                                    

La marquesa de Orgel fue recibida luego de enseñar el dichoso medallón ante la entrada de enormes pilares con altas rejas de hierro, el mayordomo la recibió con una sonrisa trasparente y la llevo al vestíbulo donde ese abrumador retrato de la Gran duquesa decía a todas luces que ella era la dueña de este lugar y que acababas de entrar a sus dominios. El suelo crepitó con sus pasos, fue llevada al salón frente al jardín, habían unos cuantos documento sujetos con pisa papeles y tinta en varios puestos de la mesa, una sirvienta le dio café y le ofreció bocadillos atenta a sus necesidades, al poco tiempo varios empresarios y arquitectos se le unieron antes que llegará la anfitriona. 

—Perdón, llegó alguien que retraso mi agenda— Sarada entro rápido caminando a largas zancadas y saludo a todos. —Hoy están reunidos aquí para tratar con los detalles de un gran negocio para la marquesa de Orgel, respaldada por mi familia por supuesto—. Susurro para disculparse con su invitada —hoy entraron a la casa para mirar a mi hijo. 

La marquesa se sorprendió, ella no le contó de la existencia del niño a nadie y de la misma forma nadie de los que  estaban en alguna trato con el Gran ducado, tampoco era un secreto a voces, literalmente todos los que sabían de Tensei guardaron la información celosamente por el bien de los futuras ganancias con la Gran duquesa, ya que ella bien era una excelente inversora como una increíble gestora de negocios, y mejor aun la mejor compañera de negocios. Los aristócratas que se dedicaban a hacer crecer sus bolsillos estaban ansioso de tratar con ella, de conocerla y de ser considerados en algún momento. 

Nadie iba a tocar a su hijo porque el poder del dinero era el más poderoso justo ahora. 

Los contratistas aceptaron trabajar en cooperación por el dinero que se les iba a pagar, originalmente ninguno de ellos acostumbraba a trabajar en el mismo proyecto juntos por lo que se sorprendieron mucho cuando el gremio los llamo a todos a la vez, pensaron inicialmente que les asignaría diferentes proyectos de una a la vez. Y no fue así todos fueron llamados para construir la academia en el menor tiempo posible en cooperación, el dinero era bueno y los planos también, los arquitecto ya tenían avanzados los planos y diseños, buena parte de los materiales los esperaban en almacenes cercanos al lugar de la obra, solo debían empezar. Luego de la reunión fueron llamados a otro salón para almorzar antes de despedirlos por lo que se fueron muy animados pero sobre todo motivados por las atenciones de la Gran duquesa.

—Oye el niño es bastante agradable no como tu esposo. Su cara me recuerda al desgraciado cuando era un mocoso y era tan grosero que hasta a mi me causaba tiña—. Las mujeres que estaban allí estallaron en risas de escuchar las palabras del hombre que usaba una uniforme militar entrando despreocupado rascándose el pelo. —Señoritas— hizo una ademán tratando de suavizar la primera impresión dada sin querer a la invitada desconocida. Kawaki pensó que estaría Lizzie Larson con Sarada. 

—Marquesa, mi hermano perdido. A veces viene y se va a su antojo, lo verá seguido. 

—Mucho gusto hermano perdido— la Marquesa entendía que la identidad del "hermano perdido" se ocultaba por una buena razón. —Lo de recién es una broma o realmente piensa eso del Gran duque. 

Antes que Kawaki diera rienda suelta a su boca Sarada lo cortó —son amigos de la infancia. Así que lamentablemente los dos se tratan así. 

—Ese bastardo siempre se confía de su apariencia, cree que por ser guapo "TODO" mundo debe de perdonarle todo. Estas criando bien a ese niño, en consecuencia y con buenos modales solo aléjalo de ese imbécil para que no herede su lengua bífida.

Sarada meció la cabeza negando por completo sus modales. —Me va a dar jaqueca. En que dejaste a Tensei—. Con que esa es la base de tanta confianza, ya me temía que fuera esa su razón. Ciertamente Sarada sospechaba que su esposo se consideraba alguien guapo y por tanto se daba el lujo de ser como es abalándose en su confianza.

Duquesa solitaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora