21

115 12 7
                                    


La semana de licencia medica fraudulenta terminó volando para Mitsuki. Se sintió verdaderamente abatido cuando tuvo que presentarse nuevamente en palacio.  Miró con desprecio cada pequeña cosas excepto su extraordinaria esposa, que cada día que estuvo con él lo conquisto a punta de latigazos de amor.

—Sino quieres ir, no vayas. 

—Y que venga el idiota de mi primo—. No estoy tan loco

Sarada se largo a reír ocultando su sonrisa tras la taza de té. Ella no le encontraba lo malo, no entendía la repentina discordia de su esposo con su primo, solo era un incompetente, no era razón suficiente para tanto rencor o al menos eso creía. —Puedes fingir que estas enfermo si viene. 

—Prefiero quedar lisiado que volver a verlo en mi casa. 

Kawaki al otro lado de la mesa resopló —el idiota que le estaba haciendo ojitos a Sarada—. Como hombre él si entendió porque Mitsuki no quería a su primo en casa. 

 —No dejes a Sarada con ese idiota si es que llegará a venir—. Con estás palabras se traslado a palacio a cumplir con los deberes del príncipe heredero que por cierto no podía hacer por si mismo. 

Kawaki con buen apetito no dijo nada más y se centro en comer todo lo que tenía a su alcance, al terminar cogió la servilleta, se limpio y la arrojó a la mesa. —Bien, ya se fue el gruñón, necesito un favor. 

Sarada levanto la vista y vio a su amigo, alzo una ceja —¿gruñón? lo dice la misma persona que disfruto con él de masacrar a los nuevos reclutas cada día de la semana pasada. 

—Si, él mismo. Voy a comprarle un anillo de compromiso a Hima— Sarada abrió los ojos impactada. Sin duda esto era una mejora importante en el segundo príncipe. 

Se puso de pie inmediatamente, con suma urgencia sabía perfectamente que podían preparar pero debía de ser ¡Ya! —preparen un carruaje— le dijo a tomo —tú vístete de caballero escolta ahora. 

—Si duquesa— se burlo entre dientes antes de salir corriendo.

—No corras bruto— salió detrás de él dando zancadas. Sarada tenía información privilegiada de una gema de importante valor se iba a lanzar a comercializar en día de hoy, Kawaki también se informo al respecto por lo que no era una cuestión antojadiza ir a comprar su anillo precisamente este día. 

La Uchiha se echo una chaqueta encima y retoco algunos accesorios mientras bajaba por las escaleras, en la primera planta Gregor estaba en una difícil situación, murmura quejándose y resintiendo la decisión de unos de los guardias de la puertas a la mansión. —La gran duquesa dijo claramente y sin excepciones ¡Sin invitados!

—Es que... la semana pasada ella dejo entrar a la señorita... 

—La situación era diferente ese día. 

—¿Qué ocurre?— dijo Sarada caminando bajándole a la velocidad. 

Gregor tomo la responsabilidad —volvió la hija de la casa Larson, está vez los guardias la dejaron entrar por lo ocurrido anteriormente. 

Sarada antes de demostrar cansancio por ello se dirigió a los guardias, miró bien sus uniformes —la regla no invitados es "no invitados"— enfatizo —no hay excepciones, no hay cambios, si una vez entra alguien no es bienvenido al día siguiente. No me gustan los errores reiterados.

—¿Qué sugiere mi señora?— Gregor entendió el curso de sus palabras.

—Ponlos en las practicas intensivas y sácalos definitivamente de las puerta, son ineficientes. Pon a uno de los míos en cada turno. 

Duquesa solitaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora