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Al final la opinión de la aristocracia y su pueblo, la plebe se hizo una sola, los turbulentos días que parecían no tener fin arrastraron todos los asuntos que se habían escondido bajo la alfombra, un montón de funcionarios corruptos, nobles descarados, sacerdotes degenerados, acuerdos y tratados incumplidos, la mano de la justicia comenzó a tocar a los villanos que lo merecían y la gente en general solo le queda en la boca la exigencia de la destitución del actual emperador. 

El trono permaneció en silencio después de los ocurrido el primer día en un intento mísero de devolver a las personas a sus casa decir "que los criminales de traición serian castigados". Ese día tuvo bastante revuelo y después no volvió a pronunciarse nada. 

—¿Crees que se habrán suicidado?— Mitsuki buscó su atención. 

Era cierto que no tenían a ningún rata en este momento dentro de palacio como para saber el estado actual de este. 

—¡Que cosas tan desagradables puedes decir a primera hora de la mañana! ¿no te da pena? Encima lo haces con una sonrisa en tu boca— Sarada seguía resentida, y Mitsuki seguía sin dormir en el interior de la residencia principal, se estaba quedando en el anexo de invitados. Tratado como invitado en su propia casa, no, la casa de su esposa, todo era de ella. 

Gran duque, y Gran duquesa llevaban sus ropas militares correspondientes sin lucir ningún artefactos que cubriera sus rostros o cuerpos, marido y mujer encabezando la marcha de nobles y caballeros que iban a limpiar finalmente el palacio de la basura corrupta y obsoleta.

A la causa respondieron varios nuevos nobles, nobles que acababan de suceder sus títulos, ya que la vieja generación fue reemplazada por nuevos rostros, más limpios y sin pecados que arrastrar. Hasta los nobles que pudieron aferrarse a sus puestos cedieron a sus hijos más capaces para librarse de repercusiones. Una sabia decisión. 

—Querida, como últimamente no hemos tenido tiempo de hablar no he podido explicarte mis verdaderos motivos. 

—Cállate, las excusas agravan la falta. 

Ambos se hablaron en el idioma del imperio oriente antiguo para evitar que la sangre nueva escuchara su conversación. Una discusión matrimonial. 

—Es algo que desconoces. 

Sarada lo desafío con la mirada ¿Qué es eso que desconoce? Sabia perfectamente que fue quien encendió el fuego y luego lanzo combustible sin compasión. Eso en palabras elegantes. 

—Iban a realizar un juicio para anular nuestro matrimonio y podían hacerlo— espero a la reacción de Sarada —te obligarían a desposar al bastardo para salvar tu reputación. Su meta fuiste tú desde hace mucho. 

La Uchiha entornó los ojos, sus oídos escucharon algo demasiado loco y poco realista. 

—Hay cartas y documentos, en donde no fueron pocas las veces que intento buscarte en matrimonio, primero a tu padre, como tu padre no cedió lo inculpo de la "traición" que se le acuso en tu imperio. Tu padre se fue porque era un obstáculo para tu libertad, él pudo librarse de esos cargos hace mucho tiempo pero sin su presencia ya sería a él quien debía pedirte en matrimonio. Naruto te tomo como su hija política todo el tiempo que pudo, ambos acordaron que la mejor defensa a tu futuro era ser considerada la princesa heredera y o la hija política de el emperador Oriente. De emperador a emperador no iba a poder forzarte a ser enviada como consorte del bastardo de mi tío. 

—Estas diciendo una historia muy consistente pero te equivocas mi padre se fue para limpiar su nombre. 

Mitsuki miro al frente —a tu padre no le interesa limpiar su nombre. Solo quería que tu estuvieras tan alejada posible de este "loco", tomo medidas para que fueras protegida muy lejos de las perversiones que te acechaban en tu ignorancia, no se llevo a tu madre porque creyó que tú, mi querida esposa la necesitarías mas que él—. Sarada abrió la boca como un pez, era increíble. Mitsuki no conocía  su padre o al menos eso creía. 

Duquesa solitaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora