Seúl

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La semana transcurrió sin ningún contratiempo, cada uno ocupado en sus clases, Hobi y Suga con su trabajo de medio tiempo; Jimin y Tae con proyectos y Junkook cada día adaptándose más a una ciudad, Universidad y amigos totalmente nuevos para él. Durante los recesos de almuerzo siempre comían los cinco juntos y cada día se daban cuenta que sus intereses y gustos eran muy similares con los del menor.

El viernes por fin, cuando se disponían para ir a su próxima clase, Jimin tomó del brazo a Kook haciendo que este se detuviera.

-Entonces, ¿aún quieres que te muestre la ciudad?- le preguntó Jimin con un brillo en sus ojos -Si quieres mañana podemos salir y hacer un recorrido- agregó.

JungKook sonrió, pues había creído que el mayor solo le había dicho aquello por ser amable, así que ahora realmente se sentía emocionado de conocer la ciudad.

-¡Claro que sí!- dijo sonando más entusiasta de lo que pretendía. -Me gustaría mucho poder conocer más de Seúl, pues solo me sé el camino desde mi departamento hasta aquí- mencionó con una sonrisa en su bello rostro.

Jimin saltó de la felicidad en su interior, había pasado toda la semana planeando a dónde llevaría a Jeon para mostrarle los mejores lugares y además iba en serio lo de querer conquistarlo, pues desde que se habían conocido el lunes anterior no podía dejar de pensar en lo guapo que era y en esa hermosa sonrisa que cada día le gustaba más.

JungKook definitivamente era un chico muy guapo, tenía un cuerpo bien formado y se notaba que hacía ejercicio con frecuencia, sus piernas largas y muslos torneados y su cara era preciosa, pero lo que más le gustaba a Jimin era esa sonrisa que hacía encoger su nariz y mostrar sus dientes blancos y hermosos; parece un conejito, había pensado Jimin la primera vez que lo vio reír así. Sin embargo, Jeon era más que solo una cara y cuerpo bonitos, pues el joven tenía habilidades sobresalientes en casi todo; tenía una voz maravillosa, pintaba hermoso, sus fotografías eran arte y según Hoseok bailaba como los mejores bailarines de las danzas más famosas, además de que era muy rápido en aprender y ganarse el cariño de los que le conocían.

Ambos acordaron que se verían para ir a almorzar juntos y después pasar la tarde recorriendo los lugares de Seúl, que según Jimin, todos deberían visitar.

Cuando Jimin llegó a la clase de Lógica, que compartía con Taehyung, este lo observó acercarse percatándose de que su amigo tenía un brillo más especial en su rostro, que sus ojos brillaban más y su piel blanca se iluminaba; algo dentro de él se encogió cuando Jimin se sentó a su lado y recostando la cabeza sobre su hombro le dijo:

-Definitivamente tengo que conquistar a Jungkook, es tan perfecto-

Tae sonrió, pero esa sonrisa no llegó a iluminar su rostro; sabía que Jimin era un enamoradizo de primera, aunque esta vez lo veía más emocionado que de costumbre. Así que enterrando ese malestar que sentía en su interior pasó uno de sus brazos sobre los hombros del mayor y atrayéndolo un poco más a él le preguntó:

-Jimishi, ¿de verdad te gusta mucho este chico?-

Jimin alzó su rostro para verlo a los ojos y asintió.

-Sí, Tae. Es algo que jamás he sentido por nadie y sabes que siempre he sido un poco enamoradizo, pero te juro que esta vez es algo diferente- dijo mientras se apartaba del menor para sentarse frente a él.

-Pues realmente Jimin, no sé qué decirte, espero que no salgas lastimado, no quiero que tu corazón sufra una vez más- le dijo Tae con un miedo inexplicable creciendo en su interior -Sabes que siempre cuentas conmigo y que pase lo que pase aquí está mi hombro- agregó acomodándose en su lugar ya que el profesor había llegado y la clase iba a iniciar.

¿Amistad o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora