Ser felices...

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-No te preocupes Tae- dijo con una sonrisa en su rostro -debes ser feliz, hazlo feliz- agregó mientras hacía un gesto de despedida con la mano y se alejaba por un verde prado.

Taehyung se despertó sobre saltado, su corazón latía a mil por hora, miró a su alrededor y todo estaba oscuro, sintió lagrimas resbalar por sus mejillas había sido un sueño, un sueño en el que estaba él, su mejor amigo, su Jimin. De pronto se sintió perdido, no reconocía el lugar en el que estaba; volvió su mirada tratando de recordar y se encontró con un cuerpo que dormía placidamente junto a él y como una ola fueron llegando a su mente los recuerdos de los últimos días: el beso en el mirador, las manos entrelazadas, los roces y caricias furtivas, las sonrisas y miradas cómplices llenas de deseo y ¿amor?... Se sintió un poco abrumado, pero el ligero toque en su hombro le hizo volver a la realidad.

-¿Pasó algo Tae?- preguntó Jungkook con una voz adormilada mientras se sentaba en la cama y observaba a su mayor.

-No pasa nada Jungkookie- dijo Tae tratando de calmarse -fue solo un sueño- agregó.

El menor lo observó durante unos segundos sintiendo en su interior una necesidad de acercarse y abrazar al castaño, podía notar que este se encontraba un poco afectado, así que impulsado por ese sentimiento se acercó más y rodeó al mayor con sus brazos. Taehyung se sorprendió de sentir aquellos brazos rodeándolo, pero al instante sintió la calidez, seguridad y consuelo que emanaba el cuerpo del pelinegro y descubrió que no había ningún lugar en el mundo en el que quisiera estar, que de ahora en adelante su lugar favorito, su lugar seguro estaba ahí entre los brazos de aquel chico pelinegro, de apariencia ruda, pero de corazón noble y tierno como un conejito. Tae se aferró más al cuerpo del menor y ambos se fundieron en un abrazo que no necesitó palabras para expresar cada uno de los sentimientos que emanaban del contrario.

Las vacaciones pasaron y era hora de regresar a la realidad, Taehyung y Jungkook habían regresado a Seúl el viernes por la noche, durante el fin de semana solo habían hablado por mensajes durante algunos ratos; el lunes por la mañana debían regresar a la Universidad y enfrentar la realidad, una realidad en la que su mejor amigo ya no estaba. Llegaron juntos a la Universidad y encontraron en la entrada a dos caras ya conocidas, que les saludaron animadamente.

Suga y Hobi habían pasado las vacaciones fuera de Corea y no estaban enterados de lo que pasaba entre el pelinegro y el castaño.

-¿Qué tal las vacaciones?- preguntó el pelimenta a Tae una vez que habían quedado solos.

-Pues bien, Yoongi- dijo Tae -pasaron muchas cosas y la verdad aún no sé como sentirme- agregó.

-¿Cosas?- cuestionó Suga con un gesto que indicaba que quería saber.

Tae tomó una bocanada de aire y rápidamente le hizo un resumen de todo lo que había pasado con Jungkook, Suga simplemente se limitó a escuchar. Una vez que el menor había soltado todo aquello que tenía atorado en su corazón, Suga se acercó y colocó una mano en el hombro de Tae.

-Lo sabía desde un inicio- dijo apretando el hombro de Tae en señal de apoyo -siempre lo supe, la forma en que lo mirabas y lo miras no es la misma en la que nos miras a Hobi o a mí, siempre supe que él era alguien especial para ti, además que la tristeza en tus ojos cuando los veías juntos era evidente- continúo.

-Yo realmente no sé si esto está bien- dijo el castaño -él se fue y siento que me estoy aprovechando de eso, pero en verdad quiero a Jungkook yo lo quiero- dijo Taehyung bajando cada vez más la voz.

-Te entiendo Tae- dijo Yoongi -pero esto era algo que iba a pasar estuviera o no Jimin, la relación de ellos no iba hacia ningún lado. No digo que lo olvides, simplemente digo que deberían hablar y poner los sentimientos en orden y simplemente ser felices- agregó.

¿Amistad o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora