Cerrando ciclos

258 22 4
                                    

Amar, una de las acciones más hermosas que podemos realizar, pero también puede ser una de las más dolorosas y es que amar de verdad muchas veces duele; más cuando se ama desde las sombras, en silencio, ocultando  todo aquel torrente de emociones que corren por tu cuerpo cuando ves a esa persona especial. Así amaba él, en silencio, disimulando aquellas emociones que desde hace tantos años sentía, pero que había aprendido a ocultar, pues quién era él para merecer amor, para merecer el amor de quien hace algunos años era su amigo.

Min Yoongi, era una de las personas menos complicadas que existían, siempre hacía lo que tenía que hacer sin ninguna pompa ni problema, era responsable con sus estudios, incondicional con sus muy pocos amigos, nunca se metía en lo que no le importaba y su único pasatiempo era el de componer; así había sido siempre, simple y despreocupado. Sin embargo, cuando en uno de los primeros cursos de la Universidad conoció a aquel rubio tierno y de personalidad alegre su mundo cambió, pues aquellos sentimientos que nunca creyó sentir crecieron en él como si fuesen enredaderas cubriendo todo su ser. Sin pensarlo, sin planearlo una mañana se vio total y completamente enamorado de Park Jimin, pero este nunca se dio cuenta, nunca imaginó que aquel chico serio de aura felina en su interior guardaba por él uno de los amores más sinceros y puros, pero también uno de los más dolorosos.

Suga, como sus amigos le decían, había sido testigo de cada enamoramiento del menor en la Universidad, de cada sufrimiento, de cada lagrima y de cada una de las veces en las que este juró no enamorarse más, pero en tan solo unas horas otro amor aparecía, así siempre había sido Jimin hasta el día que Jungkook apareció. Cuando Jimin y el pelinegro hicieron oficial su relación Yoongi vio morir una vez más, todas sus esperanzas y el día de aquel fatal accidente aéreo sintió que su corazón era arrancado de su pecho y un dolor indescriptible ocupó su lugar; mas ninguno de sus amigos fue testigo de ello, nadie nunca lo supo y posiblemente nunca nadie lo llegara a saber.

Los días en la Universidad pasaban llenos de clases y asignaciones nuevas, los cinco amigos se mantenían muy ocupados, pronto iniciaría un periodo de pruebas y debían esforzarse al máximo en sus respectivas especialidades. Si bien siempre trataban de almorzar todos juntos algunas veces era complicado, pues no todos coincidían o alguno debía ocupar la hora de almuerzo para terminar un trabajo; esa mañana se encontraban Tae, Kook y Yoongi a la espera de que alguno de los otros dos amigos se unieran.

-¿Será que alguno viene hoy?- preguntó Tae más para sí mismo que para los demás.

-No lo sé, amor- dijo el pelinegro -Hace semanas que no logramos almorzar todos- agregó mientras uno de sus brazos rodeaba al castaño por los hombros.

-No sé si van a venir o no- dijo Yoongi -Pero deberíamos comer  total se nos va a ir el tiempo- finalizó.

La pareja estuvo de acuerdo y acto seguido empezaron a devorar sus respectivos almuerzos. En medio del silencio que les envolvía mientras comían felices, el mayor de todos divisó en la entrada de la cafetería aquella cabellera rubia que los observaba con algo de tristeza en sus ojos, Min algo extrañado regresó su vista hacia la mesa, específicamente hacia sus amigos, y pudo notar como estos se alimentaban entre sí mientras sus ojos reflejaban amor y se sonreían cómplices y enamorados; escena que sin duda le hizo comprender la mirada triste del rubio, sin decir nada se levantó dirigiéndose hasta la entrada de la cafetería y tomando a Jimin de la mano se marchó de allí.

Taehyung y Jungkook extrañados por la repentina actitud de su amigo, le siguieron con la mirada viendo como este salía junto a Jimin del lugar.

-Tae- lo llamó Kook -Tú has notado algo extraño en Jimin después de que regresó- se atrevió a preguntar, pues era algo que desde hace unos días quería conversar con su novio.

¿Amistad o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora