Para siempre...

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Dos semanas y tres días habían pasado y Jimin no había recibido ni un mensaje de parte de Jungkook, no era que tuviera que escribirle; sin embargo, lo esperó, lo esperó una cada día, cada hora, pero este nunca llegó. Dentro de dos días se iría para Londres y ya no estaba tan seguro de que su decisión de terminar las cosas  con el pelinegro hubiese sido la mejor, pero ya lo había hecho, ya no había marcha atrás.

Mientras preparaba sus maletas, pensando un rato en su ahora exnovio y otro poco en cómo sería su nueva vida en otra ciudad, otro país; el tono de llamada de Taehyung sonó en su celular.

-Tae- respondió al instante.

-Jimin, estoy frente a tu casa, baja y vamos al Centro Comercial- le dijo Tae.

El rubio lo meditó por algunos segundos la verdad es que todavía tenía muchas cosas que hacer, pero una tarde con su mejor amigo le haría falta después, así que sin más le pidió a Tae que lo esperase y cambiándose rápidamente de ropa, salió de su casa para encontrarse no solo con su mejor amigo, sino que con la banda completa: Hobi, Suga y Jungkook.

Los cinco amigos llegaron al Centro Comercial y empezaron a recorrerlo entrando de cuando en cuando a alguna tienda en la que compraban algunas cosas, Jimin aprovechó y compró algunos objetos que le hacían falta para su viaje. Así pasaron la tarde juntos los cinco, Jimin de vez en cuando notando como los dos menores hablaban entre ellos y se reían de cosas que solo ellos entendían, algo en su interior dolió, pero también agradeció el hecho de saber que Kook no iba a estar solo, que tenía amigos y que además su mejor amigo iba a estar para él, como lo había prometido.

La hora de la cena llegó y los amigos decidieron encontrar un lugar para cenar, al final se decidieron por un restaurante de sushi. Durante la cena hablaron de cosas triviales, preguntaron sobre detalles del viaje de Jimin y su estadía en Londres; realmente la noche era hermosa y Jimin supo que esta sería la última noche en que estaría junto a sus amigos y cenaría con ellos, y se sintió triste, pero feliz de saber que a pesar de todo ellos le habían dado una tarde inolvidable.

Cuando ya la noche había caído decidieron volver, solo llevaban el auto de Taehyung por eso fue él quien dejó a cada uno en sus respectivas casas o apartamentos. Cuando llegó a dejar a Jimin bajaron del auto ambos y recostados en el mismo observaban la puerta de entrada de la casa del mayor.

-Voy a extrañarte- dijo Tae rompiendo el silencio.

-Tres años se pasan rápido y nos hablaremos todos los días- le dijo Jimin.

-Lo sé, pero igual eres mi mejor amigo y me harás mucha falta- agregó  Taehyung con una mirada triste.

-Pero tienes a los demás- dijo Jimin -y por lo que he visto te has vuelto muy cercano con Jungkook- le dijo.

Tae apartó la mirada, era cierto en las últimas semana habían empezado a pasar más tiempo juntos, sobre todo trabajando en la pintura de la fuente y esto los había hecho unirse un poco más. Por supuesto que Jimin no sabía de los sentimientos del menor hacia el pelinegro, aunque esa mirada y ese sonrojo en el rostro de Tae le harían saberlos un poco más tarde cuando su cerebro analizara la situación.

Ambos amigos se despidieron, prometiendo que el domingo Tae iría al aeropuerto a despedirlo. Ahora estaba Jimin en la soledad de su habitación, sus padres conversaban en la planta baja y Jimin simplemente observaba por la ventana hacia la nada, de pronto una serie de imágenes y recuerdos vinieron a su mente. Su mejor amigo viendo a Jungkook el primer día en que lo conocieron, Tae sonriendo mientras el menor hablaba, después Tae alejándose de ellos, Tae desviando la mirada, Tae viendo al pelinegro en secreto, Tae rehúsandose a proteger al menor, Tae y Junkook juntos, Junkook viendo a Tae con brillo en sus ojos... y lo entendió, lo supo, comprendió que desde el primer momento su mejor amigo había estado enamorado de Jungkook; y en la soledad de su habitación a pocos días de marcharse por un largo tiempo o tal vez para siempre, lloró, lloró por no haberse dado cuenta antes, lloró por las veces en las que presumió su amor ante su mejor amigo, lloró porque estaba seguro que en alguna parte dentro de Jungkook ese amor que sentía Tae era correspondido y él Park Jimin ahora estaba completamente seguro de que irse para Londres había sido la mejor decisión que había tomado.

El domingo llegó y con él el día en que Jimin se marcharía, estaba en el aeropuerto; sus padres despidiéndose entre abrazos y las lágrimas de su madre, de pronto una voz se escuchó y Jimin supo que Hobi estaba allí, pero no venía solo, Yoongi, Tae y Jungkook venían con él. Junkook, qué haría el pelinegro ahí,  pensó pues no esperaba que este apareciera para despedirlo. Haciendo a un lado estos pensamientos se dirigió a sus amigos.

-Jiminie- lo llamó Hobi mientras lo envolvía en un abrazo -te voy a extrañar, pero mira que ya hablé con mi mamá y en algunos meses iré a visitarte- agregó.

-Gracias hyung, yo también los voy a extrañar- le dijo, sus ojos llenándose de lagrimas.

-Estudia mucho y sé el mejor bailarin del mundo- le dijo Suga mientras le daba un corto abrazo.

-Estoy muy orgulloso, y sé que lo estaré aún más- le dijo Taehyung con lágrimas bajando por sus mejillas -hazme presumir que mi mejor amigo es el mejor bailarin del mundo- agregó, envolviendo al mayor en un abrazo tratando de contener todas las lágrimas que caían.

- Te amo- susurró Jimin a su mejor amigo -te amo, siempre serás mi mejor amigo pase lo que pase- le dijo apretando más el abrazo.

Cuando se separaron, se escuchó la llamada para abordar el avión, pero todavía quedaba alguien de quien despedirse y poco a poco se acercó a él, con una sonrisa Jungkook estiró sus brazos y el mayor solo pudo correr hacia ellos correspondiendo el abrazo.

-Todo va a estar bien, voy a estar bien y vas a estar bien- le dijo el menor.

-Te voy a extrañar, pero prométeme una cosa- le dijo Jimin.

-Jimin...-empezó a decir Kook, pero fue interrumpido.

-Debes ser feliz- le dijo el rubio -pase lo que pase debes ser feliz, prométeme que a pesar de todo serás feliz y tu felicidad debe ser lo único que importa- concluyó.

Junkook con lágrimas en su rostro asintió y apretó más el abrazo que los envolvía, tal vez no amaba al mayor, pero este era una persona muy importante para él, pues le había acogido y amado cuando se sintió solo;   por eso le dolía que este se marchara.

La última llamada se escuchó, Jimin tomó su bolso de mano y se encaminó hacia la puerta de abordaje, entregó sus documentos y con una última mirada y una última sonrisa se despidió de sus padres y amigos haciendo un gesto de saludo con la mano; los cuatro amigos y los padres de Jimin le sonrieron y con esa sonrisa y algunas lágrimas vieron perderse a Jimin entre las personas y el pasillo.

Tres años eran los que debía estar en Londres, tres años se pasarían rápido, pensó mientras se acomodaba en su asiento para soportar las once horas aproximadas de vuelo entre Seúl y Londres, eran las 9:00 a.m. y según el itinerario llegaría a la 1:00 p.m. (debido a la diferencia horaria), tenía tiempo suficiente de pensar y de analizar todo lo que haría, sin duda lo primero que hacer una vez llegara era llamar a sus padres y ponerle un mensaje a sus amigos, antes de dirigirse a su nuevo hogar y nueva vida; sin embargo esa llamada nunca se hizo y ese mensaje nunca se envió, porque el vuelo 195 proveniente de Seúl con destino a Londres nunca aterrizó.

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Gracias para las personas que leen esto a pesar de lo malo que está jeje

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