Nuevos horizontes

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Habían pasado cinco días desde que Taehyung recibió una de las peores noticias de su vida, aún recuerda cuando hace años estando en el instituto su madre llegó a buscarlo anunciándole la partida de su abuelita; ese día Park Jimin lo abrazó y reconfortó. Su amigo siempre había sido el sostén y fuerza en cada uno de sus momentos de dolor, pero esa madrugada del lunes nadie estuvo para abrazarlo, nadie estuvo para llorar con él, pues Park Jimin, su mejor amigo, su fortaleza ya no estaba y posiblemente no estaría nunca más.

Había llorado lo suficiente, sin embargo aún lo seguía haciendo, se sentía miserable, sentía que no había sido un buen amigo y se arrepentía de nunca haberle dicho lo importante que era para él, lo mucho que lo amaba y lo agradecido que estaba por, a pesar de todo, seguir junto a él.

Los padres de Jimin habían volado a Londres la mañana siguiente, ya que de los 250 pasajeros que viajaban, habían hasta ese momento aproximadamente 50 sobrevivientes y algunos aún sin identificar, pues sus heridas no les permitían hablar o se encontraban inconscientes; así que existía una mínima posibilidad de que Jimin fuese uno de ellos. Pero, a pesar de la búsqueda y esfuerzo no lograban encontrar rastros del rubio.

Era el último día del semestre y pronto vendrían las vacaciones de  fin y principio de año, Jungkook decidió que volvería a su hogar, necesitaba a su mamá y en especial quería distraerse y pasar tiempo con su familia, además deseaba alejarse de ese sentimiento de culpabilidad por no haber amado con todo su ser al mayor, por no haber entregado su alma como lo hizo el rubio.

Hobi, Yoongi y Jungkook estaban sentados en la mesa de siempre en la cafetería, conversaban acerca de la partida del menor a su hogar y de qué iban a hacer en vacaciones, ninguno hablaba de lo sucedido días atrás, pero en sus rostros se dibujaba una tristeza profunda que no podía ser disimulada por más que lo intentaran.

-Llamó la señora Park- dijo de pronto Taehyung llegando donde sus amigos, tenía tres días de no ir a la Universidad y hoy lo había hecho solo para presentar uno de sus últimos proyectos.

-¿Y cómo están?- preguntó Suga con voz triste.

-Todo igual, siguen buscando- contestó, un nudo formándose en su garganta.

-No debemos perder la fe, Jimin siempre fue fuerte- dijo Hobi tratando de mantener la esperanza.

-Siempre hizo lo que quería- mencionó Taehyung con una media sonrisa. Un silencio los envolvió, ninguno se atrevía a decir aquello que todos pensaban, pero que decirlo en voz alta era aceptarlo y todavía no estaban listos para ello, quizás nunca lo estarían.

La hora del receso terminó, Suga y Hobi se fueron a sus respectivas clases dejando solos a los dos menores, el silencio entre ellos, pero miles de palabras volando en su mente.

-Lo extraño mucho- el castaño rompió el silencio -no sé si podré soportar el que nunca lo volveré a ver- continuó con lagrimas en sus ojos. El menor de los dos no dijo nada, simplemente se acercó y envolvió a Taehyung en un abrazo haciendo que este se rompiera y llorara como lo había hecho desde que supo la noticia, con la diferencia de que no estaba llorando solo, alguien más estaba con él, alguien lo estaba abrazando, alguien estaba ahí con él y por primera vez en esos fatales cinco días pudo sentir un poco paz.

Cuando cesó el llanto y logró calmar sus emociones un poco, se separó de los brazos del menor, quien también tenía los ojos llorosos, sin embargo le dedicó una cálida sonrisa.

-Él está bien- le dijo -esté donde esté va a estar bien-

Taehyung le sonrió, aunque fue una triste sonrisa.

-Lo sé, en el fondo de mi corazón lo sé- respondió.

El tiempo pasaba demasiado rápido y de pronto ambos chicos se dieron cuenta de que se habían perdido la clase de la tarde y que ya era hora de regresar a casa e iniciar las vacaciones. Juntos se dirigieron a la salida de la Universidad en donde encontraron a Yoongi y Hoseok despidiéndose de unos compañeros, se acercaron y juntos los, ahora solo cuatro, amigos se encaminaron a uno de los parques cercanos al campus.

-¿Qué vas a hacer en estas vacaciones- preguntó Suga, dirigiéndose a Tae.

-No sé, quedarme en casa supongo- respondió con un suspiro triste, pues siempre pasaba las vacaciones junto a su mejor amigo.

-Te llevaría conmigo, pero sabes como es la esposa de mi papá- dijo Hobi.

-No te preocupes, yo estaré bien- dijo Tae, con una fingida sonrisa.

De pronto algo en el interior de JungKook se removió y una idea tomó forma en su mente.

-Vamos a mi casa- dijo de pronto el menor de todos.

-Me parece excelente idea- secundó Hoseok emocionado.

-No es necesario, yo estaré bien- insistió el castaño.

-Creo que es una buena idea Tae- habló Suga -sabemos que siempre pasabas tus vacaciones con Jimin y no es bueno que estés solo en este momento- continuó -pienso que el cambio de ambiente y nuevos lugares te harán bien- finalizó el mayor.

Taehyung guardó silencio por un momento y de pronto recordó aquella promesa que le había hecho a su mejor amigo de cuidar a Jungkook, y el castaño no era tonto él sabía que el menor estaba triste y pensó que tal vez entre los dos podrían acompañar esa tristeza que sentían en sus corazones y con un suspiro y miles de pensamientos aceptó la propuesta. Lo que Taehyung y Jungkook no sabían era que esa tristeza que ambos sentían sería el inicio de una de las mayores felicidades de su vida, aunque esa felicidad estuviera teñida de dolor.

El lunes siguiente Taehyung y Jungkook partieron hacia Busan en el auto del mayor, pues Tae no quiso tomar un vuelo; eran las 7:00 a.m. cuando salieron de la ciudad. Durante el camino escucharon algo de música y conversaron de temas triviales, cuando fueron cerca de las 9:00 a.m. se detuvieron en una pequeña cafetería a tomar el desayuno, compraron algunas cosas para comer durante el camino y continuaron su viaje. Cerca del medio día por fin habían llegado a Busan, Jungkook le indicó el camino que debía tomar para llegar hasta su casa, de pronto se adentraron en una zona algo alejada y rodeada por algunos árboles. Al final del camino se encontraba una casa grande hecha de madera que parecía ser sacada de una pintura. Taehyung estacionó el auto y al instante una mujer entrada en años, pero con una belleza singular salió de la casa. Jungkook bajó del auto y corrió hacia ella abrazándola, Tae supo así que sin duda esta era la mamá del chico y en su interior sintió envidia pues muy pocas veces había recibido una abrazo de parte de su madre.

-Buenas tardes- saludó Taehyung con una reverencia.

-Buenas tardes- contestó la señora Jeon -¿por qué no me hablaste de lo guapo que es tu amigo?- le preguntó a su hijo con una sonrisa.

-¡Mamá!- dijo este, su cara tiñendose de un poco de rojo.

-¿Qué?- dijo indignada -la verdad es la verdad- concluyó.

-Gracias, señora Jeon- contestó Tarhyung algo avergonzado.

-Nada de señora Jeon, eres amigo de mi hijo así que llámame madre- le dijo.

Taehyung asintió y se dirigió al auto para sacar las maletas y entrar a la casa. Una vez dentro, recorrió con la mirada la enorme casa; si bien no era lujosa, pero se sentía acogedora y familiar, otro sentimiento de envidia pasó por sus ser, pues desde la partida de su abuela su casa nunca se sintió como un hogar.

A pesar de ser una casa grande, solo contaba con tres habitaciones, la de Jungkook, la de la señora Jeon y una de invitados; sin embargo durante esas vacaciones uno de los primos paternos de Kook, con el que siempre se había llevado bien y que le consideraba como un hermano mayor,  los visitaría junto a su pareja; así que no existía más posibilidades para dormir, por eso Taehyung terminó en la habitación de Jungkook teniendo que compartir cama con él. Esto no hubiese representado inconveniente alguno si en cuanto lo supo su corazón no hubiese empezado a latir a mil por hora y sus pensamientos no se hubiesen imaginado un montón de escenarios en los que lo mínimo que hacía era dormir junto al menor; y se sintió culpable y por algunos segundos pensó que el haber aceptado la propuesta del menor había sido una pésima idea, pero apartó estos sentimientos y por esta vez decidió que iba a pensar un poco en él y tratar de a pesar de todo disfrutar las vacaciones, las primeras sin su mejor amigo, las primeras en Busan y las primeras junto a su pelinegro favorito.

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¿Será que Jimin es uno de los sobrevivientes o realmente se fue para siempre?

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¿Amistad o amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora