Enemigos| ᴹᴱᵂᴳᵁᴸᶠ

Capitulo 16

ᴰᴵˢᶜᵁᴸᴾᴱᴺ ᴸᴼˢ ᴱᴿᴿᴼᴿᴱˢ

Max 

—Mierda—me desperté con un fuerte dolor de cabeza. 

—Bueno días—enfoqué mi vista, creo que seguía borracho porque en este mismo momento veía a Tul. 

—No, no estás borracho, soy yo de verdad—se sentó a mi lado. 

—¿Co...como llegué a mi cama?—bajé la persiana, mierda como me dolía la cabeza. 

—Te encontré borracho en un callejón y te traje aquí—agarró algo de la bandeja que trajo—Tomatela, es para el dolor de cabeza —me pasó una pastilla y un vaso. La tomé y volví a observarlo detenidamente, había un moretón que estaba por desaparecer abajo de su ojo y tenía un corte en el labio inferior. 

—Peleas con mi hermanastro nada del otro mundo —rió al ver mi mirada en su rostro. 

—¿Te dije algo anoche?—pregunté tapando mi cara. 

—Dijiste muchas cosas anoche—sonrió. 

—Oh...yo—sabía perfectamente lo que dije, las palabtas empezaron a llegar como flashback sin parar. 

—Si quieres puedo hacer como que no dijiste nada —rió pasandome una taza de café. 

—Eso estaría bien—dije, pero él no ocultó su sonrisa. Tomé el café que por cierto estaba muy bueno y lo observé—¿Te vas a quedar?—pregunté haciéndome el despreocupado. 

—No lo sé, dime tú—me miró sonriente.

Tul

Quedó en shock. Hizo una mueca y evitó mi mirada. 

—Podrías quedarte así no dejas sólo a tu amigo que ha estado llorando como marica y ya sabes... calentar mi cama—tomó un sorbo mirando hacia la pared. 

Sonreí y levanté la bandeja.

—Está bien si tu lo pides—salí del cuarto—Ah y por cierto—me miró desde la cama—Yo también extrañé que me abraces en medio de la noche—sonreí y cerré la puerta feliz. 

Bajé a la cocina donde todos los demás estaban sentados. 

—¡Marica!—Cho me abrazó haciendo reír a los demás. 

—¿Como están chicos?—Bright bufó llevándose una mirada de odio de parte de Gulf. 

—Te extrañamos, marica—me apoyó Krist. 

Reí y me senté junto a ellos a desayunar, Max no bajó en ningún momento pero sabía que estaba despierto. 

—Voy a llevarle algo de comer a Max—subí con la bandeja y entré en la habitación donde Max miraba el techo.—Te traje algo de comer—apoyé la bandeja en su falda. 

—Gracias—dijo sin mirarme. 

—¿Vas a seguir ignorandome?—pregunté divertido.