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"snakes and eagles"
Si la intención de las hermanas Granger fue la más pura y buena de las intenciones, ni Harry ni Ron lo entendieron.
Para Mer, que tampoco era que le afectara si le creían o no, fue una semana normal. Pero claro que le dolió un poquito que sus amigos pensaran (Ron) que sus intenciones eran horribles. Hermione por otro lado estaba destrozada.
Era entendible, dónde Mer había conseguido más amigos, Hermione había fallado en eso y sus únicos amigos estaban furiosos con ella en el momento; por lo que ahora se le veía sola en la biblioteca estudiando y haciendo tare en vez de su sala común para evitar a Harry y a Ron. Aunque Mer intentó no verse afectada por eso terminó haciendo compañía a su hermana de manera silenciosa mientras hacían tarea, Draco la siguió y los tres ahora estudiaban juntos de vez en cuando.
Mer estaba algo orgullosa del progreso que Draco estaba teniendo como persona. Ahora hablaba con toda naturalidad a su hermana y ella, aunque aún no confiaba completamente en el rubio, intentaba siempre mostrarse amable con el Slytherin. Draco demostraba que su yo de primer año había quedado en el pasado, decidido a ser alguien mejor y Mer le gustaba eso.
O tal vez era él quién le gustaba.
-¿Estás bien Mer?-preguntó Draco a su izquierda.
Estaban en la biblioteca en una de sus noches de estudios. Mer se había dejado llevar por sus pensamientos y ahora, gracias a lo último que pensó, estaba totalmente roja hasta las orejas.
¿Pero de dónde a venido eso?, se preguntó totalmente extrañada. Draco le regresaba la mirada preocupado. Alzó una mano y la colocó en su frente.
-¿Estás enferma?-le preguntó preocupado-Estás caliente, ¿estás segura de que no te resfriaste?
Mer alejó la mano del rubio y negó varias veces.
-Claro que no-dijo ella. Controló su respiración y se negó a verlo a los ojos.-Deja de verme así.
Draco soltó una carcajada y volvió a su trabajo. Mer se topó con la mirada inquisitiva de su hermana y supo que no había salida de ahí, Hermione no era estúpida. Con un suspiro regresó a sus estudios tratando de ignorar el constante bombeo de sangre a su rostro cada que sentía la mirada curiosa del rubio en ella.
-¿Estás lista para el juego de mañana, Mer?-le preguntó su hermana. Mer gruñó ante el pensamiento.
Ravenclaw y Slytherin iban a jugar en un día, y aunque Mer se la pasó practicando (de hecho aún traía el uniforme de Quidditch), se sentía nerviosa. Atlas prácticamente juró derrotarla costara lo que costara en el campo y no era que Mer estuviera asustada por eso, simplemente no quería verlo después de todo el drama familiar del que se había enterado gracias a su expedición prohibida a Hogsmade.
