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"the quidditch match"
El sábado por la mañana Mer despertó algo emocionada por presenciar su primer partido de Quidditch. En el jugarían Gryffindor contra Slytherin y solo por ver la cara de Atlas completamente decepcionado, quería que Gryffindor ganara.
Mer sabía que sería fácil de todas maneras. Con Harry siendo el buscador, tenían una ventaja. Aunque Draco tuviera una escoba más rápida, ella debía admitir que su amigo no era muy prodigioso.
Mer bajó a desayunar y se encontró con Draco ya vestido que caminaba algo pálido y con el ceño fruncido.
-¿Nervioso?-preguntó ella. Él no la había visto y al darse cuenta de que ella estaba ahí sonrió.
-Algo-dijo él,-tendremos mejores escobas pero no me siento muy seguro.
Mer hizo una mueca -No apoyo a ninguno por qué ambos son mis amigos, pero sabes que creo en ti y que darás una buena pelea.
Draco río.-Ya veremos.
Ella sonrió y él suspiró. Se despidió de él y se fue caminando a la mesa de Gryffindor para desearle suerte a Harry. Él le sonrió y agradeció el gesto.
Cuando faltaba poco para las once, el colegio en pleno empezó a dirigirse hacia el estadio de quidditch. Hacía un día bochornoso que amenazaba tormenta. Cuando Harry iba hacia los vestuarios, Ron y Hermione se acercaron corriendo a desearle buena suerte a Harry y él se fue con el equipo a vestirse.
Mer fue acompañada por Ron y Hermione hasta las gradas dónde se separó y fue por Luna, Colin y Ginny. Los tres estaban ya en sus puestos y Ginny parecía ser la más emocionada.
-¡Amo el Quidditch!-le explicó por sobre el ruido de la tribuna. Mer asintió, a ella también le estaba gustando el juego.
Cuando salieron al campo, fueron recibidos con gran estruendo; eran sobre todo aclamaciones de Hufflepuff y de Ravenclaw, cuyos miembros y seguidores estaban deseosos de ver derrotado al equipo de Slytherin, aunque la afición de Slytherin también hizo oír sus abucheos y silbidos. La señora Hooch, que era la profesora de quidditch, hizo que Flint y Wood se dieran la mano, y los dos contrincantes aprovecharon para dirigirse miradas desafiantes y apretar bastante más de lo necesario.
-Cuando toque el silbato-dijo la señora Hooch-: tres..., dos..., uno...
Animados por el bramido de la multitud que les apoyaba, los catorce jugadores se elevaron hacia el cielo plomizo. Harry ascendió más que ningún otro, aguzando la vista en busca de la snitch. Mer estaba rezando muy en su interior, aunque sabía que estaba mal tener un favoritismo, que Draco la viera primero.
El niño siempre estaba tratando de impresionar a su padre y sabía que por el reciente cambio de actitud del niño, este no estaba muy contento con Draco.
