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"the chamber of secrets"
Mer salió del Gran Comedor acompañada de toda su casa. Luna iba a su izquierda conversando con la de cabello castaño sobre una criatura mágica que Mer no conocía. Iban doblando la esquina cuando sus pasos fueron interrumpidos.
Estaba inundado el pasillo y frente a ella estaba su hermana con sus dos mejores amigos. En un costado de la pared estaba una antorcha iluminando el pasillo y colgada de la cola a esta estaba la Señora Norris, el gato del señor Filch, el velador. En esa pared algo estaba escrito en letras rojas.
La cámara de lo secretos ha sido abierta. Enemigos del heredero, teman.
-¿Qué...?-empezó a preguntar Mer pero la voz de Draco la detuvo.
-¿La cámara de los secretos ha sido abierta?-leyó en tono de duda el rubio. Pero fue interrumpido por Atlas.
-Enemigos del heredero, teman.-dijo él, parecía entusiasmado.-Los sangre sucia serán los primeros.
Y lo dijo mirándola a ella. Mer no hizo nada, estaba algo confundida por el mensaje y porqué su hermana estaba ahí con la gata inmóvil y el mensaje en la pared.
Filch llegó y empezó a gritarle a Harry sobre su gata, pero Mer no creía que la gata estuviera muerta. Algo no cuadraba. El gato está muy....tieso, rígido.
Antes de que Filch pudiera hacer algo Dumbledore llegó a la escena y detuvo al hombre.
-¡Pero profesor!-exclamó el hombre-¡Él mató a mi gata!
Dumbledore negó.
-Ven conmigo, Argus -dijo a Filch-.Ustedes también, Potter, Weasley y Granger.
Lockhart se adelantó algo asustado.
-Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él.
-Gracias, Gilderoy -respondió Dumbledore.
La silenciosa multitud se apartó para dejarles paso. Lockhart, nervioso y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido; lo mismo hicieron la profesora McGonagall y el profesor Snape.
Los prefectos de cada casa llamó a sus alumnos para regresar a las salas comunes. Mer despegó su mirada del muro y comenzó a caminar con rigidez. Atlas pasó a su lado y lo oyó susurrar:
-No digas que no te lo advertí-susurró el niño. Y ella hizo como que no lo oyó.
Lo último que vio fue la mirada preocupada de Draco.
