«Tal vez yo no sea el ser más perfecto o puro del planeta ni el más sabio por más años que tenga, pero si he de intentar ser sabio por una vez en mi vida; reconocería que la persona a quién amo en este momento, no se avergüenza de mostrarme afecto. Y eso... Eso es hormigosamente tierno.»
Mew pensaba con sonrojo cuando todos ahora bajaban del barco al muelle de la Isla Boden. Estaba parado en el muelle con su prometido a su lado. Su prometido no estaba quieto sin duda alguna. Ahora mismo planchaba con sus manos la capucha roja que le puso a su futuro esposo para que nadie lo viese desnudo. Dado a que su transformación a humana fue justo hacen unos minutos al llegar. No tenía ropa. Gulf al menos se pudo poner su vestido amarillo devuelta (ese que tuvo cuando tuvieron relaciones sexuales frente al capitán) sobre sus pantalones. El dragón se le queda viendo con una sonrisita de labios.
-Te preocupas porque me vean desnudo.- Ronronea Mew con una sonrisa triunfante. Gulf alza la mirada, dejando de planchar sus hombros, -lo del capitán habrá sido una ligera excepción pero obviamente no me gustaría que gente desconocida te viera desnudo.
-Pie de manzana, ¿son eso celos?- Mew sigue jugando con una sonrisa.
-Yo...- Gulf no quiere admitir que sí podría sentir celos si veían a su hombre con los mismos apetitos lujurios que él mismo o de manera romántica. Así que iba a comenzar una defensa a su favor pero acepto la derrota porque su prometido dragón lo seguía mirando con una cara tan adorable a la que él mismo no podía repeler. -No debe ser malo si siento celos. Tú me introdujiste al mundo del amor y a veces el amor conlleva esos estúpidos sentimientos.
Se queja con ingenuidad el piel dorada. Mew ríe entonces. Echando su cabeza hacia atrás. Su voz creaba unas carcajadas muy altas. Como si Gulf hubiese dicho la mejor broma del mundo. Incluso su risa llamaba la atención de los tripulantes. Gulf los mira a todos con nervios antes de volver a mirar a su prometido. -Mew Sortanner, qué en el mundo algo de lo que dije fue tan gracioso.- Exige el piel dorada una seria respuesta con un rostro nerviosamente serio. Mew enderezó su cabeza con leves risas y acarició uno de los cachetes de su prometido. -Me río porque soy feliz contigo, Gulf Kan'anoiris.- Proclama el pelinegro como si estuviese citando una frase tan importante como las de una Biblia. Las facciones serias en el rostro del piel dorada se relajan. Ahora sólo tiene las cejas ligeramente fruncidas y la boca entreabierta. -Realmente soy. Feliz. Contigo.- Él repite con una voz tan ronca como cariñosa.
Gulf comienza a sonreír de a poco hasta que ríe totalmente sobrepasado por el amor de su prometido y ambos permanecen viéndose a los ojos. -Trataré de hacerte feliz hasta que seamos unos viejos gruñones que estén demasiado cansados como para levantarse de la cama.- Promete el piel dorada.
-Lo mismo conmigo.- Mew le murmura y Gulf ríe un poco antes de que se posicionen hombro con hombro y entren a la Isla Boden.
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Fueron al castillo al que fueron solicitados para hablar sobre un acuerdo de paz entre el reino de Boden y el reino de la Ciudad junto a Saitsen. Fueron guíados todos por dos hombres de orejas puntiagudas que vestían taparabos rojos de mucho brillo con un colgante enorme en el pecho de color rojizo simbolizando un círculo enorme rojo. Estaban semi desnudos prácticamente y sostenían lanzas en vertical. Mew los ojeaba sobre su hombro (porque los dos guardias de orejas puntiagudas estaban detrás de ellos) con una sonrisa antes de mirar a su prometido. -¿Te apetece que nuestros guardias reales también anden semi desnudos, pie de manzana?- Mew juega sucio con su prometido. Termina ganándose una mirada de mala manera de parte de este mientras se acercan al escritorio en dónde estará el rey de la Isla.
-¿Bromeas? No me gustaría ver a nadie de nuestro castillo semi desnudo.- Gulf cuenta con algo de asco y mura sobre su hombro a sus guardias reales, que los están escuchando. -sin ofender.- Añade el piel dorada. Los guardias reales asienten en su dirección antes de ponerse cabizbajos totalmente ofendidos. Mew vuelve a reír con la contestación que recibió de su prometido.
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DRAGÓN GÉNESIS 2 • MewGulf
FantasíaLa aldea Saitsen y la ciudad se unieron gracias a la valentía de Gulf en luchar para que el Dragón Génesis tuviese el trono que le habían arrebatado hace 100 años. Todos viven en armonía estando juntos, pero el verdadero catarsis comienza cuando Gul...