CAPÍTULO 5

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Tiffany observaba detenidamente todas las fotos en la entrada de su hogar. Aunque las viera cientos de veces, se sentía tan ajena a esos eventos, como si se trataran de montajes perfectamente construidos.

-Esa yo la tomé, ya me habías enseñado a ser mejor fotógrafa.- Dijo Sooyoung con una sonrisa, acercándose a su mejor amiga. La pelinegra caminó con cierta desconfianza al interior de aquel departamento lujoso y bastante amplio. Pero no era totalmente de su agrado, no porque supiera realmente qué era lo que le gustaba, simplemente detestaba la idea de verlo tan oscuro. 

-Me cuesta creer que alguien tuviera tan mal gusto. 

-¿Qué dices? Tú lo decoraste junto con Sunny. No lo recuerdas, pero créeme que Taeyeon deja que hagas todo a tu gusto.

Tiffany sintió una punzada en su cabeza, en momentos le sucedía y por indicaciones de su doctor, debía estar al pendiente de sus síntomas. Continuó con el recorrido del lugar, entrando a cada habitación e inspeccionando cada rincón de ella. Habían cuadros colgados en las paredes que parecían muy costosos. Los muebles también tenían ese toque y una vez que llegó a su cuarto, encontró el clóset, su lugar favorito de antes y después. No podía creer que fuera enorme. Se quedó boquiabierta.

-Probablemente más de la mitad de cosas ahí adentro, son tuyas.- Sooyoung mencionó, sentándose en la cama.

Tiffany observaba cada prenda, par de zapatos, perfumes y bolsas. Era increíble para ella que realmente hubiera alcanzado una vida como la que estaba frente a sus ojos, los cuales estaban brillosos. Querían salir lágrimas de felicidad, y más de confusión, tanta emoción que le provocaba esa situación que parecía un total sueño. Se recostó a un lado de su amiga, en la cama blanca y muy enorme. Se quedaron un rato en silencio, mirando únicamente el techo. La pelinegra percibía un aroma dulce que le agradaba mucho, el cual había notado antes, pero no estaba segura del dónde. 

-¿Quieres algo de comer?- Preguntó Sooyoung parándose de un brinco.

-Sí, por favor.

Ambas fueron a la cocina para que Sooyoung preparara una de sus especialidades. Y Tiffany quedó encantada con el talento culinario de su amiga, quien aprovechó para contarle sobre los cursos de cocina que había tomado junto con Yuri, una de las mejores amigas de Taeyeon. Y antes de que pudiera continuar con las historias de las diferentes cenas que compartieron ambos matrimonios, se escuchó el ruido de la puerta en la entrada.  

-¡Tae-tae! Estamos en la cocina.- Gritó Sooyoung y Taeyeon no tardó en aparecer, Tiffany no quitaba los ojos de su plato, sintiéndose incómoda.- ¿Todo bien con la señora Kim?

-Sí, se fue después de desayunar y me quedé a limpiar un poco el departamento. ¿Qué están comiendo?

-Mi especialidad. Te sirvo un poco.- Sooyoung se apresuró en ir por un plato para Taeyeon. Y ella se acercó lentamente para ocupar un lugar al frente de Tiffany, la cual volteó a verla unos segundos y ofreció una sonrisa tímida, como la de una niña pequeña que estaba por saludar a un extraño.

-¿Qué tal te sientes hoy?- Preguntó Taeyeon con seriedad.

-Sigo con dolor de cabeza, como dijo el doctor que sucedería, pero he estado tomando todo el medicamento. 

-Entiendo, espero que mejore con el paso de los días. De cualquier forma, avísanos si ocupas algo.- Y Taeyeon comenzó a comer sin decir más. 

Sooyoung estaba en medio de ambas y solo las observaba. Es verdad que todo el asunto era muy difícil para Tiffany, pero podía ver claramente cómo estaba sufriendo la rubia. Así que se limitó a comer en silencio sin decir cualquier broma tonta. Después de un rato, la primera en levantarse fue Taeyeon, se dirigió a la habitación de huéspedes para descansar. Ya que la castaña tomaría su lugar en la principal para acompañar a su mejor amiga. Tiffany observó a su esposa desaparecer y suspiró, muy en el fondo deseaba que todo pudiera ser como antes, aunque no estuviera segura si ese pasado le hacía feliz, pero facilitaría mucho para todos. 

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