Capítulo 6: Muertes y traición

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Los cuervos y el resto de aves de montaña alzaban su vuelo alrededor de las piedras. Mientras que ellos volaban cerca de estas, nosotros, en cambio, las utilizabamos para no caernos ni resbalarnos. La cuesta no era tan empinada, pero aun así era peligrosa. No teníamos de otra, alrededor de la montaña habitaban múltiples manadas de mamuts. Existía la posibilidad de resbalarnos y fallecer, pero teníamos que intentarlo si queríamos sobrevivir. Seguíamos ascendiendo, en mi grupo nos ayudabamos mutuamente, hasta que llegamos a un camino cerca de la cima. Algo me sorprendió, y aquello fue que en la cumbre de la montaña, en la lejanía, muy cerca del pico se podían vislumbrar a 5 personas con apariencias extrañas. Por lo que parecía, uno de ellos era un hombre troglodita normal, algo muy común. Otra persona, también varón, llevaba un casco de gladiador romano, algo muy raro porque faltaban aún miles de años para que el nombre de Roma resonara por todo el mundo. También había una chica con trajes lujosos medievales, otra cosa más muy bizarra. Otro chico llevaba una de las pelucas modernas blancas con rizos que llevaban los hombres en el siglo XVII. Y la última persona era una mujer joven con gafas, pelo corto, maquillaje y una camiseta de manga corta de AC DC.

Sentí la misma sensación extraña que con Siwa, que aún desconocía cómo se cuidaba tan bien. Pronto lo descubriría... Ignore todo, gran error, y seguí el camino. Ese grupo nos miró y, de repente, desaparecieron. Pensé que sería una alucinación, pero me daría cuenta de la verdad unos segundos después.

-¡I-Impalus, tú no! Seguido de un grito de dolor.

Dijo una voz que ya había escuchado, era una voz de hombre, por mi deducción pensé que Culini estaba en problemas. Corrí lo más rápido posible, pero cuando llegué vi la peor imagen que jamás había visto en mi vida. Culini había sido atravesado por una lanza, seguía vivo a duras penas, me alteré y fuí con él:

- ¡Culini, Culini te vas a poner bien, Culini! Dije

-Voy a morir, admitelo, estoy destruido por dentro, todo mi cuerpo se está muriendo. Solo tengo un último deseo, protege a Impalus, de, de, Siwa...

-¿Cómo que la proteja? ¿Qué ha pasado con Siwa? Culini, ¡responde!

Escuché una voz detrás de mí que dijo lo siguiente.

-Déjalo cariño pero él está muerto, y su amada ya ha sido asesinada por el supuesto patriarca.

Me giré y vi a Siwa.

- ¡SIWA! ¿¡ME PUEDES EXPLICAR QUIÉN DEMONIOS ERES, QUIEN ES EL PATRIARCA Y QUIENES SON LA GENTE ESA DE DIFERENTES ERAS?!

-Amor mío, por ahora solo te puedo contestar la primera pregunta. Soy Alpass, la diosa del tiempo, encantada de conocerte por fin querido. Ahora es tiempo de que te vayas.

-¡¿A qué te refieres con irme!? ¿¡Cómo que diosa!?

En pocos minutos Siwa, bueno, Alpass, pasó de ser una chica misteriosa y callada a ser una inquietante extrovertida. 

-Bueno amores míos, empiezo yo. 

Alpass de la nada sacó una lanza y me la clavó en medio del estómago, igual que a Culini. Estaba en el suelo, encima del cádaver de mi amigo. Me estaba empezando a desintegrar y mi carne y huesos empezaban a convertirse en polvo verde. El grupo extraño que ví de repente se teletransportó en frente mía. Todos y cada uno me clavaron una extraña lanza con este símbolo:

Empecé a desintegrarme mucho más rápido, antes de que me desvaneciera por completo, Alpass me susurró:

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Empecé a desintegrarme mucho más rápido, antes de que me desvaneciera por completo, Alpass me susurró:

-Estas cosas pasan cuando eres más poderoso que una diosa original...

Desaparecí después de  pocos segundos.

Un viaje a la prehistoria ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora