Capítulo 9: Un animal como compañero

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Tras levantarme, me dispuse a abandonar la aldea. Caminé entre múltiples puestos de cerámica, de fabricación de telas para hacer ropa... 

-¡Mierda, mi ropa!

Eso es lo que dije cuando me dí cuenta del motivo por el que todos me miraban como un bicho raro. Llevaba aún ropas de la era anterior. Corrí hasta un puesto de telas, había una cesta con ropa, me la llevé y me escondí entre dos casas. Me quité mi anticuado atuendo y me puse la nueva vestimenta. Ahora si estaba listo para vivir en esta época. Deje de esconderme y salí del sitio en el que estaba escondido. Iba a salir de esa aldea para caminar y caminar hasta encontrar un error en esta realidad prehistórica para poder volver a mi casa. Escuche a una mujer gritar, y pronto al pueblo entero. Me giré y vi a una rápida vaca armando estragos por el pueblo. Fue hacia los cultivos para comerse las zanahorias. Después de eso, ella destrozó los jarrones de cerámica y defecó sobre las telas. Escuché a alguien ordenar a unos soldados lo siguiente:

-Su deber es sacrificar a esa vaca, matarla, matarla que está rompiendo lo que tanto esfuerzo me costó.

Los soldados se apartaron y se acercaron a la vaca. Allí pude ver el rostro de Umplass.

-¡Umplass! No, esto no puede ser. ¡Te mataré! Grité

-Venid soldados otra vez, matad también al niño, pero tened cuidado, es muy poderoso, solo que no lo sabe.

Vinieron hacia a mi los soldados, eran seis y me acorralaron junto a la vaca con sus lanzas. Lanzas las cuales tenían repetido por su mango este símbolo:

 Lanzas las cuales tenían repetido por su mango este símbolo:

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Umplass dijo:

Atacad en tres, dos, uno...

Pegué el mayor de los gritos, el estrés que había estado acumulando al ver al supuesto patriarca y que él me amenazara con matarme, provocó un grito devastador. No solo liberé eso, también expulse de mi cuerpo una energía de color azul la cual impulsó a todos los soldados hacía la lejanía. Le dije a la vaca:

Vaca, te llamaré Kimpa, ahora escapemos de aquí.

Salimos corriendo hasta el exterior, ella y yo íbamos a buscar mi verdadero hogar.

























                                       

Un viaje a la prehistoria ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora