Un viaje a la prehistoria ©

Capítulo 3: El mejor escuadrón de la tribu

-SIoeie, peoro ki jo ne tribu o kuga. E no entenderrus nu idiom.

Lo último que dijo Culini  creo que lo entendí, supongo que dijo que yo no entendía su idioma. Culini era el único que de momento me caía bien. Con miedo a equivocarme, dije lo siguiente:

-Kono se Eloy.

Culini me llamó gesticulando. Empezó a desplazarse y le seguí. Me llevó hasta la cueva donde me desperté y me señaló a aquel ciervo que ví nada más llegar. Me hizo entender por signos que tendríamos que  cazarlo. Aún no entendía el motivo por el que hacían esas pinturas tan detalladas. Culini me volvió a llamar otra vez, ésta para darme un arma, una lanza hecha de hueso y cuernos de mamut. Cogió otras tres similares, salimos de la cueva y se las dió al resto mientras les susurraba cosas en aquel idioma extraño. Los cuatro teníamos una misión, si terminaba siendo exitosa según mi intuición me quedaría en ese grupo y estaría protegido hasta que el destino  me volviera a traer a mi época. El sol empezó a esconderse y el crepúsculo había nacido. Culini clavó de golpe su lanza en el suelo, dió un grito de guerra, la sacó y se fue corriendo lejos de la tribu. Siwa, Impalus y yo le seguimos corriendo. Tras correr por unos minutos, encontramos una manada de ciervos y corzos. Paramos en aquel momento de correr,  preparamos nuestras armas y nos escondimos en unos arbustos, y cuando estaban despistados salimos con nuestras armas y atacamos. Se formó una gran pelea,  matábamos a algunos pero a veces nos golpeaban con sus cuernos. Solo quedaban dos ciervos, uno fue asesinado por Culini pero el otro me embistió causandome una grave herida. Rápidamente Siwa le clavó en medio del cuerpo su lanza, pero ya el daño estaba hecho. Me estaba desangrando, poco a poco se me nublaba más la vista. Tras  tras unos segundos, me desmayé.