El pequeño palo que dibujé, pronto se convirtió en decenas de ellos, y pronto en más de cien, ciento sesenta para ser exactos. Antes mencioné que era verano, y todos sabemos lo que pasa seis meses después del verano, efectivamente, el invierno. En estos seis meses, conocí a toda la tribu, conocí el funcionamiento de los escuadrones o grupos, grupos de trabajo que iban variando cada vez que la tribu cambiaba de hogar. Mi escuadrón era el de actividades varias, junto a Culini, Impalus y Siwa. Les intenté dar clases de español a cambio de que ellos me dieran clases de su idioma, aceptaron y actualmente los cuatro hablamos los dos idiomas. Para hablar con la tribu utilizamos el Ikop, nombre de este idioma, pero para hablar con mi escuadrón utilizamos el español. Como ahora entiendo lo que dicen, lo traduciré. Algo que también descubrí fue el motivo por el que las pinturas rupestres son creadas, pero no lo diré porque, si no no tiene gracia, ¿no?
Lo importante es que el frío empezaba a molestar y había que desplazarse. El patriarca de la tribu, llamó a todos los miembros para convocarlos a una reunión en la cueva.
-Cazadores, pescadores, recolectores, personas. Tenemos que partir lejos del lugar si no queremos morir por frío. Cojed vuestras pertenencias, algo de comida y crucemos aquella gran montaña para poder alcanzar la cueva más cálida del mundo. El patriarca parecía tener unos cincuenta años.
Y así fue, yo agarré mis pocas pertenencias, una venus y unas cuantas pieles que a veces otros se ponían y olían a muerto. Me junté con mi escuadrón y les dije:
-Escuchadme chicos, tenemos una misión muy complicada, posiblemente tengamos mucho frío, probablemente alguna tribu nos ataque si piensa que les estamos robando comida, pero nosotros cuatro juntos, podemos-Ugh, pareces un político con el discursito, claro que vamos a llegar. Dijo Siwa
-No le hagas caso Eloy, muy bien dicho. Respondió Culini
-Si mi Culini dice eso será que es verdad. Mencionó Impalus
-Bueno, entonces, vamos, que la tribu nos espera.
Caminamos y fuimos junto al resto de la cueva. El patriarca empezó a caminar y todos le seguimos. Caminamos durante horas hasta llegar a la montaña, lo que no esperaba es lo que iba a suceder mientras la cruzábamos.
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Un viaje a la prehistoria ©
AdventureEloy Machell, un chico de trece años británico le mandan realizar una redacción sobre la prehistoria, imaginando con los ojos cerrados su viaje, lo que él no esperaba es que él fuera a la edad de piedra de verdad... ¡Sumérgete en un viaje épico en u...