OSCURO [BORRADOR/sin editar]

4. Confías en él, Elena

— ¿Y a ti que te pasa hija? Te noto decaída, ¿va todo bien? — Elena entró a la habitación donde sus hijas se hospedarían. Encontró a Lisa acostada boca bajo. Ella acariciaba el estampado de círculos de la cubrecama.

— Solo tengo sueño... — estaba tratando de conciliar el sueño, pero no podia. No entendía que le pasaba.

— ¿Quieres que te cante una canción? — Lisa negó — ¿Que pasa, mi dulce brujita? — Elena se sentó a su lado y acarició la espalda de su hija — Espera, ¿dónde está Leila? — miró por todas partes en la habitación.

¡Cierto! ¡Leila! Piensa rápido.

— Salió con Mason a enseñarle las piscinas azules — ahora tenía que buscar a Mason y decirle que la ayudara.

— ¿De noche?

— No es tan tarde... — miró su celular, eran las 12 a.m — Ya han de regresar, no te preocupes madre, sabes que Leila es insistente cuando es curiosa — su madre se puso de acuerdo. Leila era muy intensa.

— Bueno — sonrió — ¿Ya me dices que te ocurre, florecilla? — su madre acarició su cabello.

— En serio no me pasa nada — Lisa sonrió para si misma — Eso creo, ni yo sé lo que me pasa — bufó aburrida.

— ¿No quieres contarle a mamá? Dale, como en los viejos tiempo — pinchó su brazo — Podemos entenderlo juntas.

Lisa sonrió y se pegó la almohada a la cara, seria muy vergonzoso, pero en fin de cuentas es su mamá.

— Sonaré tonta por lo que diré... — su madre se adelantó a hablar.

— Mi pequeña, no eres tonta.

Lisa suspiró y se sacó la almohada de su casa, su rostro estaba rojo por la vergüenza.

— Es por un chico — le dijo a su madre y se cubrió de nuevo. Elena la miró sorprendida y con cierto temor.

— ¿Chico? — preguntó alarmada — ¿tienes novio? — ese chico estaría en problema si era verdad lo que su hija decía. Zeena era capaz de todo — A ver, corazón. Explícate... ¿de qué se trata? — se estaba comenzando a sentir nerviosa.

— Es algo tonto, mamá. No te preocupes se me pasará — Lisa trato de no darle importancia.

— ¿Es tu novio?

— ¡No! No, claro que no — negó preocupada.

— ¿Entonces?

— Es un chico que conocí en una fiesta — su mamá la miró con una ceja alzada — A la que me obligaste a ir.

— No te obligué a ir — Elena negó inmediato — No importa, ¿qué pasó?

Lisa decidió no decirle toda la verdad, o si no su hermana estaría en problemas.

— Mi hermana estaba con sus amigas bailando, no la encontraba, la estaba buscando por todos lados hasta que me topé con un chico... — Lisa suspiró recordando el día en que esos hermosos ojos verdes se posaron en ella — Él me ayudó a encontrarla, sé que no es una gran hazaña, pero me gustó — omitió la parte de que se fue con un desconocido a casa.

— ¿Ah si? Y... ¿te gusta ese chico?

— No lo sé, solo he visto dos veces — Lisa se sentó y enfrentó a su madre — Era muy guapo — Elena sonrió por su hija, pero no podía hacerlo, porque aunque ella esté en contra y sonara tan feo la expresión, Lisa era de Zeena. Era su alma, y Zeena era un egoísta que haría cualquier cosa si alguien se interpone en su camino.