OSCURO [BORRADOR/sin editar]

25. Voy a Aprender

Hola, mi estimada. No iba actualizar hasta mediados de Agosto. But I am here.

Aclaración: Los hechos a narrar, para Lisa, ella nunca fue a Canadá con Leila, esas vacaciones de dos semanas nunca existieron para ella.

El fuerte sonar de su corazón y las agudas punzadas en su cabeza la marearon dentro del sueño confuso de globos de colores. Se despertó desorientada y asustada.

Con la respiración agitada y sus manos temblando, las llevó a su pecho para buscar tranquilidad. Sus cabellos estaban pegados en su rostro y cuello.

Todo estaba consumido por la oscuridad, y el hecho de no ver con claridad hacia que la bruma en su cabeza se expandiera.

De pronto el nudo en su garganta se cerró por completo, llevó sus puños a su corazón presionando su pecho. Sollozos silenciosos salieron de sus labios, sollozos de dolor y tristeza. La habitación estaba oscura y llena de llanto.

Su pesadilla debió haber sido horrible, ni siquiera recuerda que había soñado. Solo imagenes de globos y un cielo gris...

Arrastró sus rodillas hasta su pecho y metió su cabeza en ellas, dentro de su cabeza un ligero pitido seguía allí molestándola.

Miró hacia el techo, era el mismo techo que vio cuando llegó ayer por la tarde. Tenía que acostumbrarse a esos cambios de ambientes, sería raro estar rodeado de brujos, pero sabía que podía a dejar sus miedos e inseguridades a un lado.

Ella era una Pereira, ella su propia prueba de superación.

Ya era tiempo de mostrar quien era Lisa.

Se levantó de la cama y se dirigió a pasos lentos hacia la cocina. Tenía suerte que estas pequeñas casas de madera vinieran equipadas.

Tenía todo tipo de hierbas para cualquier caso, y ahora necesitaba un té de manzanilla y lavanda. Se sentía como si algo con una energía pesada y baja... era como si alguien hubiera muerto.

Extrañaría a su familia, pero era necesario estar en aquel campamento de brujos la cual su madre recomendó para que ella practicara y aprendiera cosas de hechizos y trucos.

Extrañaba como nunca los abrazos de sus padres. Lloraría si seguía recordandolos.

Solo había pasado un día y ya extrañaba a todos, serían tres largos meses sin ellos. Ahora tenía que socializar sola sin Leila. Ella era la que hablaba por la dos. Siempre juntas. ¿Qué estaría haciendo? En alguna fiesta seguro.

Eran las cinco de la mañana, beber aquella infusión hizo que su ánimo decayera y su cuerpo comience a ser productivo.

¿Acaso era una nueva Lisa? ¿Nuevo ambiente Nueva Lisa? Ella no madruga, el medio día es lo suyo. Era tiempo de escribir la primera carta a su madre.

Agradeciéndole este gesto de traerla a este lugar. Faltaría a la universidad por esos meses, pero su padre colocaría una buena "razón" al decano.

Se sentía inquieta de vivir sola en esa casita por todas esas semanas. Pero por algo se comenzaba.

Después de ingerir su infusión de hierbas, se dirigió al baño para tomar una ducha. El estado de Texas era muy caluroso, ya había empezado a sudar. Estaba segura que sudaría todo el tiempo, tenía suerte había equipado lo necesario.

Era perfecto porque el campamento estaba rodeado de agua y tenían suficiente espacio para practicar. Si algún humano ingresaba al terreno, no los podría ver, había un hechizo para los humanos entrometidos.

— Ahora sí, Lisa. Podrás hacerlo.

Con su gorro para el sol, su vestido suelto, sus zapatillas de tiras y su cuaderno en mano, salió de la casa entusiasmada. Era una nueva aventura.