Especial: La primera vez que la conocí.

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Narra Zeena

— ¿Y eso que mierda quiere decir?

Perder mi tiempo. Es mi nuevo pasatiempo favorito.

— No estás enfermo y mucho menos es tu cuerpo sufriendo. Alguien se quiere comunicar contigo y lo bloqueas — me lanzó mi chaqueta. Observé su cuerpo desnudo dirigirse al espejo. Agarró el collar que le regalé, se lo colocó en su cuello. Percibí su vanidad salir de su piel — ¿Cómo me queda?

Pues normal.

— Escucha, Elizabeth, vine aquí por un propósito...

— Claro. Follarme. Mis expectativas fueron superadas — caminó seductoramente, con sus caderas balanceándose y su cuerpo emanando ese delicioso aroma por los aceites de hierbas finas — ¿Qué tal si vuelves a amarrarme?

¿Estuve una hora en su habitación llena de humo por nada? ¿Una hora escuchándola hablar con sus entidades? Debe estar jodiéndome al pedirme eso.

No vine aquí por sexo. El sexo solo era el pase para que ella hiciera su trabajo.

Jeal me la había recomendado, asegurándome que era muy profesional y muy buena con las revelaciones de la mente.

Falacias.

— Esto no puede estar pasándome — acaricié mi cuello. No quería matarla, pero hacerme perder tiempo, no lo permitiré. Sabía que tener sexo conmigo era lo primordial para ella, no se lo iba a negar, ella era hermosa y sabía que podía pasar un buen rato.

— Por los Dioses, Zeena. Eres un demonio que podría hacer arrodillar a cualquiera — frente a mí, su mano acarició mi pecho — Yo me arrodillo frente a ti — me dio una sonrisa de lado, se colocó de rodillas, tocando mis piernas. Le devolví la sonrisa.

Aprovecharía este momento. Me reflejé en sus ojos oscuros. Ella sabe lo que me pasa es muy fácil adentrase a su mente cuando el placer la nubla por completo.

Era yo en la oscuridad con las voces en mi mente gritándome entre furia y desesperación. Estaba arrodillado y desnudo, con los sigmas cubriendo mi piel.

¿Qué carajos?

Amárrala.

Amárrala.

Se irá de tu vida

Está cerca.

Termina con esto.

¡Amárrala!

Cerré los ojos, aturdido.

El escenario cambió, ahora estaba sobre la nieve, escuchaba susurros a mi alrededor, el dolor de cabeza empezó fuerte, tuve que detenerme de caminar.

Zeena.

Zeena, ven a mí.

Agarré mi cabeza, las punzadas en mi frente me ensordecieron. Me estaban hablando. ¿Quien?

Zeena.

Estoy esperando por ti.

Hundí mis manos en la nieve. Escuchaba unas risas, eran de una mujer. Abrí los ojos, me esforcé para enfocar mi vista que estaba borrosa.

Mi demonio.

— ¡Ahh! — mi espina dorsal empezó a hincarme, sentía mi abdomen arder — ¿Quién eres?

Ven a mí.

— Estoy aquí. Quiero hablar contigo — estaba solo en el lugar, lo único que podía presenciar en aquel lugar era la nieve cayendo y debajo de mí — Háblame. Si quieres comunicarte conmigo, háblame que estoy aquí.

OSCURO [BORRADOR/sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora