Dean Vólkov Willems guardó secretos por años.
Ellie O'Connor Klein los descubrió.
Misiones... ¿Podrán separarlos?
¡ATENCIÓN!
Este libro contiene escenas (+21), abusos, palabras ofensivas, etc. Si cree que le podría ofender, evite los malos comentari...
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Era de noche, y papá estaba en mi habitación, de nuevo.
Se sentó a mi lado y me acostó en la cama, él pasaba sus manos por cada parte de mi cuerpo, yo solo me quedaba callada y quieta. Comenzó a quitar mi ropa, y cuando estuve en ropa interior, simplemente la arrancó.
No podía hacer nada.
Y entré las caricias, toques y besos por todo mi cuerpo, llegó la peor parte.
Empezó a entrar en mí con una fuerza animal, como siempre, ya no me dolía, ya no se sentía nada.
Total, estaba acostumbrada.
¿Cuando pararía esto? ¿Por qué todos tenían una adolescencia feliz y yo no podía? Me quedé quieta y callada, no serviría de nada. Si lo hago enfadar, sería peor.
¿Cuando acabaría este infierno?
Cuando se canso, simplemente tiró el maldito condon a la basura, se vistió y y antes de irse me miró con una sonrisa pícara.
- Espero que hayas disfrutado, zorrita.
Me levanté y cerré la puerta con fechillo, fuí al baño y me miré al espejo.
Me sentía sucia, impura, vulnerable. Sentía que este cuerpo ya no era mío. Que este cuerpo le pertenecía a él.
Busque entre los cajones del baño un mechero.
Era obvio lo que iba a hacer, ¿Verdad? Encendí el mechero y lo pasé por el interior de mis muslos. A una velocidad lenta, tiré el mechero al suelo y me miré en el espejo asustada.
Ahí, aumentaron mis ganas de llorar, me miraba con asco al espejo.
- N-no se quien eres. - me dije a mí misma en voz alta. -
Estuve por un largo rato mirando mi cuerpo, cayó un trueno de repente y di un pequeño salto. Me fuí a duchar, solté un gruñido al sentir el agua caliente sobre las quemaduras. La puse fría para calmar el fuerte ardor.
Cuando me duche, me cambié a mi pijama y me acoste en la cama mirando al techo, no pude dormir esa noche, fui a la ventana, presencié la lluvia mientras acariciaba mis rodillas, ¿Y Connor?...
Abro la puerta y lo vi durmiendo en mi puerta, lo entro rápidamente a mi cuarto y vuelvo a cerrar con fechillo. Connor es mi perro, un rottwailer. Era pequeño aún, ya que solo tenía 5 meses. Connor fue heredado por mi abuela cuando falleció... La extraño tanto, ella sabía lo que hacía su horrible hijo, pero no podía hacer nada, estaba muy enferma y mayor. Pero hasta sus últimos días, venía a verme todos los días para hacer tiempo a que mi padre no me toque. Claro que ella quería sacarme de ahí, pero ella no podía ni con ella misma, mi padre era muy agresivo, y cuando se enfadaba no te gritaba, te pegaba. Y no podía permitir que mi abuela con lo mal que estaba, sufriera más. Mi abuela ha sido mi verdadera familia, la única que considero familia, es ella.
