Dean Vólkov Willems guardó secretos por años.
Ellie O'Connor Klein los descubrió.
Misiones... ¿Podrán separarlos?
¡ATENCIÓN!
Este libro contiene escenas (+21), abusos, palabras ofensivas, etc. Si cree que le podría ofender, evite los malos comentari...
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Ada y Garreth ya habían tomado su vuelo a Michigan, allí estaba la universidad de ambos.
Ilenko, un guardia de nosotros en Alemania el cual era muy de confianza, los había llevado al aeropuerto. Se habrán quedado un poco flipando llevándolos en avión privado, pero capaz así dejaban de llevarse tan mal.
La verdad que me gustaría estar en su lugar, ir y poder tener una vida normal como la de ellos. Poder haber seguido mis estudios y ser alguien...
Bueno... Lo de ser alguien... Soy un hombre que tiene mucho poder, lo sé muy bien. Y mucha importancia en este segundo mundo. Pero con referirme a ser alguien... Tener una carrera.
Mi sueño era ser policía, algo muy gracioso ya que mi vida llevaba todo lo contrario a lo legal.
Pero mi familia es algo especial.
Hablando de familia, como extrañaba a Ryder, era raro no escuchar sus indirectas para pelear...
Me encontraba algo inquieto, temía por Ellie.
Los DFW, Lunatic, Bridgetlon, etc. Sabían que las debilidades en mi familia eran las mujeres.
Hace muchos años casi perdemos todo por mi madre, bueno más bien por mi padre, pero es una historia algo larga.
Ahora mismo nos encontrábamos reunidos con los Imanov y los Vanetto. Y con Marlene... Quien no paraba de rozarme el pie bajo la mesa.
Estábamos en una conversación muy seria, no podía alterarme más de lo que ya estaba.
Así que me alejé un poco con la silla.
— Dean, estarás a cargo.
Fruncí el ceño.
— ¿Yo?
— Si, definitivamente es la mafia de Lukto. Y tú lo conoces muy bien.
Rodee los ojos al oír como mi padre me recalcaba que lo conocía bien por Ellie.
— Si ha ido a por ustedes, es que te quiere a ti. ¡Elimínalo!
— No puedo eliminar a Lukto, lo tiene que hacer Ellie. Además, Lukto está en Rus...
— Hay un segundo jefe aparte de Lukto. Francesco Ludovico. Es nuevo.
Suspire levantándome de la silla.
— Yo quiero ir con Dean.
Me gire al oír a Marlene.
Marlene era una pelirroja, con unos grandes ojos verdes y unos labios carnosos que tantas veces había besado. Tuve una época en la que fui peor que Leasney, me disculpo.
Hasta que me di cuenta que solo intentaba llenar el vacío de Ellie.
— Si me hacen ir solo, iré solo. — dije mirándola. —
