𓂀 𝐸𝐿𝐿𝐼𝐸 𝒪'𝒞𝒪𝒩𝒩𝒪𝑅 𝒦𝐿𝐸𝐼𝒩 𓂀
Ya había terminado el desayuno, le ayude a preparar la mesa y luego nos sentamos a comer.- O-oye, Dean. ¿ Tú crees que soy una s-sucia?
- ¿Qué? ¿Qué estás diciendo?
El me miró con el ceño fruncido, empecé a tener demasiadas ganas de llorar, demasiadas.
- ¿Crees que soy una sucia por lo que mi p-padre...
- No, no lo eres. Claro que no.
Note sus dedos, tocándome intentado consolarme pero él se veía algo incómodo.
- No te hagas eso a ti misma. Ehm... No sé qué más decirte, pero mientras estés conmigo él no te verá ni un solo pelo, y si lo hace, no dejaré que te toque.
No pude evitar reírme y él frunció el ceño.
— ¿De qué te ríes?
— Pasaste a hacer un chico extraño del lago a ser mi guardaespaldas.
Que chico tan serio, no se ríe no sonríe... Comenzamos a comer.
- Oye, Ellie. ¿Te gustan los libros?
Asentí con la cabeza, me gustaba mucho leer, la mayor parte de mi tiempo la pasaba viendo películas, leyendo o...o...bueno.
- Conozco una biblioteca que es impresionante, si quieres ir te podré llevar.
- No tengo ropa... Bueno... Tengo pero no es muy decente. Solo tengo un pantalón y una sudadera...
Me rasque la nuca viendo el día caluroso que empezaba a hacer.
- ¿La ventana de tu habitación tiene algún tipo de cerradura?
- Eh, no.
- Perfecto, iré por tu ropa luego.
Ir por mi ropa implicaría ver mi ropa interior, no quería. Mi ropa interior la escogía mi padre y era muy provocativa, muy asquerosa, era asquerosa al ser elegida por él.
- ¿P-puedo ir contigo?
- ¿Es tu casa, no? Eso no lo tengo que decidir yo.
Sonreí, cuando terminé dejé mi plato en el fregadero, Dean hizo lo mismo cuando terminó. Cuando llegamos frente a mi casa, no hicimos ruido, la escalera seguía ahí. Caminamos hacia la escalera.
- ¿Me esperas aquí? - le miré atentamente. -
Él asintió, con cuidado subí las escaleras cuando estuve adentro tomé una maleta.
Esta vez tomé mi cargador, mi peine, agarré casi toda mi ropa interior, metí casi todas las camisas que tenía, pantalones largos y otros cortos, metí algunos zapatos y muchas más cosas. No sabía cuanto tiempo estaría en casa de Dean pero llevé todo eso por si acaso, tomé la maleta, y entré al baño agarré el cepillo y lo metí en la maleta. Iba hacia la ventana hasta que oí que abrieron la puerta. Me giré y me quedé helada al ver a mi padre.
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El Chico Del Lago
Ngẫu nhiênDean Vólkov Willems guardó secretos por años. Ellie O'Connor Klein los descubrió. Misiones... ¿Podrán separarlos? ¡ATENCIÓN! Este libro contiene escenas (+21), abusos, palabras ofensivas, etc. Si cree que le podría ofender, evite los malos comentari...