Desperté al día siguiente.
Aún seguía oliendo a sexo. Pero a su vez también olía a mi esposo. Que dormía plácidamente a mi lado.
Me levanté de la cama y me puse la bata de seda. Ya que decidí de hacer yo misma los desayunos.
Unos minutos más tarde en la cocina, comencé a cocinar algo que le pudiera gustar a Dante. Pero cociné tortitas con miel y un café recién hecho.
Tras terminar las últimas tortitas, olí el perfume de Dante. Al parecer ya se había despertado.
―Buenos días. Huele bien. ¿Qué has preparado para desayunar? ―me preguntó.
―Gracias. Son tortitas con miel.
Y comenzamos a desayunar pocos segundos después.
Cuando recogí los platos que habíamos usado para desayunar, me fui a dar una ducha y en pocos minutos, comencé a vestirme para irme a la asociación.
Al marcharme media hora después, sentí un pequeño escalofrío.
Al llegar a la asociación, comencé a adaptarme a la vida a la que Dante me había ofrecido.Tras varias horas trabajando en el despacho de la consulta que tenían ahí, pensé en tratar a Ángelo. No podía creer que un niño tan pequeño estuviera pasando por lo mismo que pase yo hace cuatro años.
Cogí el teléfono de la oficina y cuando iba a marcar el número de mi secretaria, alguien dio pequeños golpecitos en la puerta.
La madre de danza apareció por la puerta con una gran sonrisa.
―Buongiorno, Violeta ―dijo.
―Buongiorno, señora Lombardi.
―Hija, llámame solamente por mi nombre. Llámame Simonetta. No recuerdas mi nombre.
―No puedo señora. Tengo una educación que quiero respetar.
―Me imaginé que Dante no te había dicho nuestros nombres porque no nos tuteabas a Alessandro y a mí. Pero está confirmado que es por su forma de ser.
―No lo sé. Conozco a Dante desde hace pocos meses que no sé como ese comportamiento.
―Debes de entenderle. Nunca ha estado con una mujer formalmente. Eres la primera mujer con la que Dante ha tenido algo formal y con la cual se ha casado.
―Lo sé. Dante me ha contado un poco sobre su vida.
―Ya veo. Parece ser que él te ha confiado su más valioso secreto. Y un padre no pierde a su hijo todos los días.
―¡Dante ha sido padre!
―Casi. Mantuvo relaciones con otra mujer y esta se quitó la vida cuando se enteró de que Dante no quería hacerse cargo de ella.
Me quedé sin respiración al saber que mi esposo no podría ser ese monstruo que me estaba contando su madre.
―Supongo que mi hijo era demasiado joven para no querer tener en esos momentos hijos. Cómo supongo que ahora tampoco querrá.
―Eso me dolería a mí mucho, señora Lombardi. Me gustan mucho los niños.
―Me di cuenta ayer hija. Ángelo comió y jugó con los niños cuando tú le dijiste que seréis buenos amigos.
―Solo es un niño de ocho años que ha perdido a sus padres. Y en realidad sé lo que se siente aunque yo perdí a los míos hace cuatro años. Intentaré de ser delicada con él.
―Me gusta tu forma de ser, Violeta. Ojalá que Dante asiente la cabeza contigo. Al fin y al cabo, mi hijo es un hombre atormentado por lo que le pasó aquella muchacha.
Asentí.
Tras tener otra conversación diferente a la de mi esposo, la madre de Dante se marchó de mi despacho.Horas más tarde, regresé a casa con la incertidumbre de algunas cosas de la vida de mi esposo.
Cuando entré, escuché algunas notas en el piano.
Caminé hasta el despacho de Dante y este, estaba tocando algunas notas. Sonaba bastante bien.
Fui hasta mi esposo y me senté a su lado.
Escuché con atención cada nota que él tocaba. Y me parecía maravilloso escuchar el piano por primera vez de su mano.
―Dante, por qué no me dijiste que ibas a ser padre con otra mujer.
Mi esposo paró de tocar el piano y me dijo:
―¿Cómo sabes eso? ―pregunto.
―Me lo ha dicho tu madre.
―Mi madre podría haberse callado.
―¿Por qué no me lo dijiste?
―Porque ese es un pasado que no quería recordar y mucho menos decirte algo que ya pasó hace mucho tiempo Violeta.
Hizo una pausa.
―La madre de ese niño era una de mis sumisas. Cuando se enteró de que estaba embarazada de mí, fue cuando ya cortamos lazos. Ella estaba con otro amo y yo con otra sumisa. No quise hacerme cargo de ese bebé porque tenía otros planes. Y se suicidó porque entró donde pensiones.
Hizo otra pausa.
―Sí piensas que no me arrepiento de esa muerte, estás muy equivocada Violeta.
―No he dicho lo contrario Dante. Solo quería saber por qué no me lo has dicho.
―Ya veo. Pues el motivo por el cual no te lo dije era, porque era algo de mi pasado. Y también un tema que no quería tocar.
En ese silencio que hubo, Dante comenzó a tocar de nuevo y yo me fui a la habitación.
Decidí no cenar esa noche. Estaba asustada por lo que había escuchado de los labios de la madre de Dante y de mi propio esposo.
Cuando llegué a la habitación, me quité la ropa que me había puesto para ir a la asociación y me puse un pijama de seda.
En pocos minutos, metí en la cama y decidí de cerrar los ojos para desconectar. Ya que ese día había sido demasiado largo con aquella información.
![](https://img.wattpad.com/cover/257043023-288-k229640.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Purgatorio Dónde Decidí Quedarme (Cicatrices #2)
Teen FictionLa historia de Dante y Violeta continúa. Pero esta vez, el pasado estará más presente que nunca. Dante toma una decisión y ella acepta al instante. Y a partir de ese momento, él hará todo lo posible para protegerla de ese pasado que le perturba desd...