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—Te dije que teníamos que comprar un paraguas en su momento.
—No me veas a mi así, tú fuiste el que dijo "Venimos de calle, ¿qué nos hara una lluviesilla?" pues toma lluvia.
El menor rió ante el comentario, no tenía la culpa que le gustara estar bajo la lluvia, le parecia el mejor fenómeno natural del mundo, y siempre que pudiera, trataría de disfrutarlo.
Caminaban entre la banqueta de los diferentes puestos, por suerte, la mayoría tenía un techo sobresaliente, así que no se mojarian tanto en su trayecto a la cafetería a la que querían ir.
James observó la cara sonriente del menor, parecía tranquilo, según Joe, al final de todo le diría algo. No sabía que esperar de todo eso, pero las diferentes ideas salían de su cabeza, y por mucho que no quisiera, se sentía algo ilusionado.
Llegaron al lugar donde pudieron encontrar una mesa, una mesera se acercó a ellos, un café moca para el rubio y un café con leche para el pelirrojo, diferentes temas de conversación empezaron a surgir, una plática tranquila, es lo que hace tiempo sentía que le faltaba, y el que sea el menor el que lo acompañaba, hacía sentir el momento más especial.
Las cosas desde la última vez se sentían muy tensas, hace tiempo que no se ponían a hablar sin discutir o sentir el ambiente sofocado. Por lo que se sorprendió cuando el menor lo invitó a ir a tomar café en alguna cafetería, pues el motivo era la gran sorpresa ya mencionada.
La lluvia había parado, y a pesar que una que otra gota caía, ya no era aquella lluvia de hace rato. Así que una vez terminaron sus cafés y pagaron, decidieron pasearse por un parque que había cerca, el mayor veía al menor tranquilamente, tenía que admitir que la belleza de este le era especial, ¿Acaso sabía lo que llegaba a provocar con ella? Si, lo más seguro es que si.
Tras su transcurso, el menor miraba hacía abajo y de repente atrás, como si pensara si lo que estaba por decir era lo correcto, y eso de dio algo de miedo al rubio; poniendo su mano en el hombro contrario, tratando de dar apoyo de lo que sea que diría todo estaría bien, después de todo para eso estaban, uno para el otro.
—James, ¿puedo preguntarte algo?
El contacto visual entre los dos no se hizo esperar, una cara de temor se posaba en la del menor, pero joder, ¿Qué hacía este chico para que su belleza no se vea afectada? ¿Por qué el mayor volvia a sentir esa calidez? ¿Por qué siempre provocaba un desastre a los ojos del mismo? ¿Quién se creía para dejar embobados a todos con tremenda hermosura?
El mayor sintió nervios, solo esperaba que su ilusión no cayera, solo esperaba que lo que sea que pasara, pudiese seguir viendo al menor tal como estaba, una sonrisa llena de amor y esperanzas.
Y para el pesar del mayor, sintió su corazón hacerse añicos y su sonrisa cambiarse a una falsa y sus ojos azules opacarse.
Palabras llenas de amor salieron de los labios del menor, solo que la fuente de aquel cariño iba dirigido para otra persona.
Damn, you're so beautiful
And don't you know it?
I think you do...
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