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Los días se habían vuelto pesados, aunque sea para el dúo, mientras el joven rubio quería hablar sobre lo ocurrido, el más joven huía, porque lo recordaba, recordaba como sus labios habían encajado perfectamente con los del otro, recordaba cada sentimiento que le transmitía, su corazón se aceleraba y sus mejillas enrojecian de solo recordarlo.
Esos sentimientos que se había dispuesto a callarlos por años habían salido a flote, pero en esta ocasión le era tan difícil volver a ocultarlos, quería tomar su mano, mirar esos celestes orbes que le habían enamorado desde hacía tantos años, quería volver a besar esos labios, esta vez sin arrepentirse, pero así como llegaba aquellos pensamientos, se avergonzaba y trataba de ignorarlos, pero simplemente le era difícil cada vez que veía al causante de los mismos.
El rubio al principio quiso darle su espacio, sabía que hace tan solo unos días el joven había sido rechazado, sabía lo duro que era y le dolía que su amado lo tuviese que sentir una vez más, pero el también estaba cansado de aquél juego, necesitaba solo una ultima vez un sí o un no, solo eso necesitaba, porque estaba harto de guardar sus sentimientos.
Amaba tanto a Horacio, tanto que solo con tan poco lo había mantenido estable, pero como todo ser humano, ya no podía solo conformarse con eso.
Ambos salían de comisaría, y como en días anteriores, el de cresta se había adelantado con la necesidad de evitar hablar con el mayor, pero esta vez le fue difícil, pues tan solo querer cruzar la puerta para salir de los vestidores García se lo impidió, dejandole en un rumbo sin salida.
-Gustabo...
-No esta vez Horacio, esta vez escuchame.
Por más que quiso safarse no pudo, hasta llegó a sorprenderse de la fuerza que podía tener el bajito y delgado cuerpo de su amigo.
-¡Deja de evitarme! ¿Qué no ves que duele? Me duele que me evites, que me veas y des media vuelta, que no me hables, que ni me puedas mantener la mirada, ¿qué acaso no sufrí ya lo suficiente? Solo dime que no, y terminará todo. -Le dolía el pecho al escuchar todo aquello, porque el tampoco soportaba la lejanía, pero temía acercarse. -Solo rechazame, porque sé que por mucho que me encantaría que me aceptases, que me ames como yo lo hago, no lo busco, solo rechazame y terminemos con esto.
Dolía tanto que no podía hacerlo.
-No puedo Gustabo.
-Solo rechazame...
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Lo sé, abandoné la historia, pero en mi defensa, la acabe hace rato en twitter AJDJAJ, en fin, se viene alto maratón hasta el final Ajska
