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Aún recuerda aquella difícil infancia, no fue nada sencillo, pero el saber que aquel de lindos orbes verdes le acompañaba, le hacía sentir como en casa, su único hogar, al lugar donde pertenecía. Su amor y cariño por el contrario era tan grande que sin dudarlo, estaría para él siempre, aún cuando tenía que guardarse su corazón destrozado por tratar de armar el del otro.
El ambiente de aquel bar de mala muerte les envolvía, con compañía de los hermanos Escobilla, quienes ya se habían perdido entre la multitud. Con vasos de plásticos rojos en la mano de cada uno, disfrutando del alcohol con refresco que envenenaba su cuerpo con el tiempo. A pesar del ruido de la música, los leves sollozos del menor, quien ya tenía su maquillaje corrido, podía llegar a escucharlos, y la cercanía del abrazo que mantenían sólo aumentaba el dolor de cierta manera.
Se sentía hipócrita, aunque si lo pensaba ¿En qué momento no lo fue? trataba de aliviar el dolor de un corazón roto aún cuando el suyo se hacía cada vez en más pedazos, pero aún así lo mantuvo cerca sin romper el contacto, una forma tan pequeña de aliviar su propio dolor.
Cansado de escuchar las palabras sin coherencia, pero obviamente de tristeza hacía el rechazo del comisario, y aunque no lo diría, el abrazar al rubio le hacía sentir el dueño de aquel cuerpo y corazón, porque le dolía más que el rubio le dejase por otra persona.
Tan absorto en sus pensamientos, no se dio cuenta cuando el mayor se acercó aún más a él, dejando que se recargue sobre su hombro, y a la vez, escuchando como mencionaba ciertas aventuras del pasado con un tono nostálgico pero cariñoso, quedándose embelesado por la voz suave pero gruesa, una que le transmitía paz.
Entonces alejándose entre ellos, el rubio tomó entre sus manos el rostro del de creta, que estaba ya alborotada, observando los lindos azules que le veían con amor y aquella leve sonrisa llena de tranquilidad, con eso se hubiese quedado si no fuese por la tristeza que todo ello también transmitía, dolor por el saber que por mucho que se esfuerce, el corazón del menor no le pertenecía, y lo sabía, y el notar ello solo le afligió, ahora siendo él quien con desesperación acortarse la distancia que mantenían, donde con gran sorpresa, ambos labios se encontraron, un movimiento suave y lento, lleno de cariño y nervios.
Pero tan solo el miedo le invadió, se separó con prisa alejándose del mayor, aún cuando este intentó volver a llamar su atención o hasta seguirlo, pero simplemente salió de aquel bar.
El pobre de ojos azules quedó aún más adolorido, ¿Qué había sido eso? Solo fueron nuevamente falsas ilusiones, unas que dolieron como ninguna, porque justo cuando estaba por dejar aquello atrás, su corazón volvía a latir con rapidez. Pero como siempre, solo fue eso, porque su corazón nuevamente dolió y en gran cantidad.
Sujetando y arrugando su camisa en la parte del pecho, ya no pudo más, lágrimas gruesas resbalaban lentamente por sus mejillas, por suerte uno de los Escobilla vio la escena, y sabiendo perfectamente los sentimientos del mayor hacía el menor, le abrazó y trató de consolar.
Pero el final se acerca...
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Perdonadme si estoy tardando, estoy en finales y pues cosa difícil, estoy empezando una nueva historia, una Roni (Ship de Marbella Vice) pero es en twitter, me pueden encontrar como @//Chokolensi. Y tengo un hilo de varias historias cortas y bonitas.
