Lemon Boy 🍋

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Caminaba entre los callejones, podía asegurar que conocía mejor la ciudad que un mismo policía

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Caminaba entre los callejones, podía asegurar que conocía mejor la ciudad que un mismo policía. Mientras caminaba escuchó voces conocidas acompañadas de unos sollozos, con tranquilidad y sigilo decidió asomarse a saber que pasaba, encontrandose con la escena de tres niños insultando y de vez en cuando agrediendo a un pequeño rubio, un tono más tenue que el suyo mismo, de unos grandes ojos entre verde y café, aún que su belleza le era difícil de ver por las heridas y los ojos rojos que tenía del llanto.

Normalmente, en una situación como esa no se metería, le daba igual que los imbéciles hijos de Ricardo y de Marcus fuesen a molestar a otro niño, es más, por el, si ellos quisieran pueden matarlo.

Pero ésta vez no, algo se lo impedía, sin mucho esfuerzo y con sus pocas ganas de seguir caminando, se puso entre el pequeño y los otros tres, los tres jóvenes se quedaron confundidos ante la repentina aparición del de ojos azules.

-¿James?

-Váyanse.- Con una voz algo ronca pero con un tono bastante intimidante como para su joven edad, se hizo oír, dejando aún más confundidos a los contrarios.
-¿Acaso estáis sordos? Os dije que se marcharán de aqui. ¡Ahora!

-Oye, tranquilizate, solo nos estábamos divirtiendo.

-¿Acaso quieres que te lo vuelva a decir?

La voz autoritaria del menor les hizo recorrer un escalofrío por sus espaldas, empezando a seguir lo ordenado y marcharse del callejón.

El mayor dio una pequeña mirada al menor, quien también se le veía confundido por la reciente situación, sacó de su desgastada mochila unas curitas y algo para limpiar las heridas, no pasaban de rasguños y uno que otro moreton, pero igual había un poco de sangre en ellas.

Se acerco, más el menor retrocedió un poco, le tenía miedo.

-No te haré nada, ¿o acaso crees que te voy a salvar de esos tontos para luego ser yo quién te deje el ojo morado? Anda, ven.

El menor dejó de luchar, y dejándose curar, observó mas detalladamente al contrario, tenía cabellos rubios con raíces castañas, unos ojos azules algo casi grisaceos pero igual de hermosos, aún que si que se le veía delgado y con unos ropajes desgastados.

-¿Acaso te quedaras ahí observandome? Mínimo unos "buenos días" o "gracias", digo yo.

El menor sonrojo, empezando a titubear, realmente se había despistado.

-Me llamo Joe, eh, yo.- Las palabras parecían no salir de su boca, le era tan confuso todo.

-Gracias, por defenderme.- Se limitó a terminar.

A Song With Love || GustacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora