Hace un par de semanas que habían empezado a ser alumnos, fueron unos meses pesados para ellos, pues el superintendente no se las dejó nada fácil, pero finalmente presentaron las oposiciones y entraron al Cuerpo Nacional de Policía, también conocido con sus siglas CNP.
Unos meses donde conocieron a más miembros de la misma, entre ellos, a los comisarios, Ivanov y Volkov, pero lamentablemente, durante un patrullaje, secuestraron a un alumno, al comisario y al superintendente, siendo este último el único sobreviviente de aquel suceso.
Fue una semana muy pesada, el CNP se encontraba de luto, y aquel comisario ruso, estaba desmoronado.
Ambos comisarios eran buenos compañeros, bastante cercanos a decir verdad.
Una noche en la que iba a buscar algo de diversión a uno de esos bares de mala muerte de la ciudad, no esperó encontrarse a aquél comisario, bebiendo varios tragos de vodka en la barra, se acercó con curiosidad, sin querer, empezó una conversación con el peli plateado.
Lo terminó llevando a su departamento, era un edificio que se veía bastante caro a su parecer, pero tampoco dio muchas vueltas a eso, entraron al departamento, y dejando al ruso en uno de los sillones, fue a lo que parecía la cocina.
Al volver a donde estaba el ruso, ahora más sobrio, con un vaso de agua, el cual le entregó. Los ojos grises del mayor empezaron a derramar lágrimas, trato de darle consuelo.
De cierta manera comprendía lo que sentía el mayor, cuando él se separó de Gustabo, sintió su mundo irse a la mierda, solo que ahí había una clara diferencia, Gustabo volvió a su vida, el pelinegro no volvería más.
Las gruesas lágrimas del comisario y millones de lamentos salir de sus labios era lo único que podía ver en él. Armándose de valor tomó entre sus manos la cara del contrario, haciendo contacto visual.
Palabras de aliento que no entendía de dónde las había sacado, con esa motivación y seguridad que le caracterizaban, ambos se veían, los grises que antes derramaban lágrimas solo veía con cierta admiración al de cresta.
Eran tan diferentes, mientras el menor era seguro y carismático, siempre con ese entusiasmo de aprender y hacer las cosas bien, con un autoestima de oro, donde sabía perfectamente quién era.
Mientras él, todo lo que hacía era por y para las circunstancias que le rodeaban, sólo haciendo su trabajo, sin importar que le dijese la gente porque apenas y se entendía él mismo.
Entonces sintió aquellos cálidos brazos rodearlo en un intento de consolarle, con timidez pero miedo a que se aleje, correspondió el abrazo.
Porque no iba a mentir, lo necesitaba, necesitaba que le escucharan, pedía a gritos, sin saberlo, ayuda.
Una que llegó con calidez y de la persona que menos espero.
461 Palabras
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A Song With Love || Gustacio
Fiksi Penggemar"A ᴠᴇᴄᴇs, ᴘᴀʀᴀ ᴛʀᴀᴛᴀʀ ᴅᴇ ᴛʀᴀɴϙᴜɪʟɪᴢᴀʀ ʟᴀs ᴀɢᴜᴀs, ʟᴏ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴇs ʜᴀᴄᴇʀᴛᴇ ᴇʟ sᴏʀᴅᴏ ʏ ᴇsᴄᴜᴄʜᴀʀ ᴛᴜ ᴄᴀɴᴄɪᴏ́ɴ ғᴀᴠᴏʀɪᴛᴀ"