CAPITULO 10: VERDADES

771 50 1
                                    

POV ELISABETH WINSLET

20 de Abril de 1514

Era medio día y me encontraba con mis dolores de parto para dar a luz a mi hermoso bebe, Mathew me había dicho que el doctor vendría en unos quince minutos y veo que no ha llegado aún ese incompetente que me está haciendo ir y venir del cielo a la tierra.

Una de mis criadas se acerco a mí con un vaso de agua, me lo entrego y me dijo:

-¿En qué le puedo colaborar Señora Black?-, y mirándola de reojo le respondí:

-Ayúdame a buscar al incompetente del doctor de mi familia y traedlo de las orejas para que me ayude a dar a luz a mi bebe ¿Entendido?-, ella asintió con su cabeza y haciendo una pequeña venia se retiro de mi habitación a gran velocidad.

Mientras tanto, mí bebe me estaba matando ya que quería salir de una vez por todas de mi vientre, y al más no poder grite:

-¡Que alguien me ayude de una vez por todas!-, Mathew llego con una sonrisa nerviosa y acercándose a mí, se sentó en nuestra cama, tomo mi mano y me dijo:

-No te preocupes, ya el doctor llego y se está arreglando para ayudarte a dar a luz a la pequeña-, apreté su mano y con el ceño fruncido le respondí:

-Si ese incompetente no llega en tres minutos, te juro que cojo tu espada y se la entierro en su espalda para que aprenda a ser más cumplido ¿Entendido?-, el tomo mi rostro y con una cálida sonrisa me dijo:

-Tranquilízate Eli, ya verás que todo va a salir bien y no habrá necesidad de usar mi espada-.

-Eso espero-, dije muy fría.

El doctor llego y con una sonrisa nerviosa me dijo:

-¿Ya está lista para dar a luz Señora Black?-, y con el ceño fruncido le respondí:

-Por supuesto, llevo esperándolo quince minutos para que calme mi dolor y dar a luz a mi bebe-, este se acerco a mí, hizo que mis piernas se levantaran y quedasen dobladas para tener una mejor postura para dar a luz, las separo, y subiéndome mi hermoso vestido blanco metió su mano en mis parte intimas haciendo que se me escapara un grito ensordecedor, al sacarla dijo:

-Ya esta lista-.

Y así comenzó mi gran dolor, el médico me dijo que pujara y pujara para ayudar a sacar a mi bebe de mi vientre con cada contracción que me diese, las mucamas y mi marido me ayudaban a tener una postura mejor para pujar más y más.

Pasaron así tres horas para dar a luz hasta que el doctor con una sonrisa dijo:

-Siga pujando señora Black, ya se está asomando su pequeña cabecita-, y de las fuerzas que no sabía dónde tenía seguía pujando para ver por primera vez a mi hermoso y gran bebe.

Cuando menos sentí ya el dolor había pasado y mi bebe estaba en brazos del médico llorando sin parar, unas mucamas ayudaron a limpiar toda la sangre que había expulsado de mi vientre y con una sonrisa le pregunte:

-¿Es niño o niña?-, y este con una sonrisa me respondió:

-Es una pequeña y hermosa niña-, Mathew me dio un beso casto en mis labios y se separo de mí, ayudando al doctor y algunas mucamas a bañar a mi pequeña.

Pasaron unos cinco minutos y la bebe ya tenía una manta que la enrollaba para que no le diese frío alguno y Mathew teniéndola en sus manos se acerco a mí y me dijo:

 -Me has hecho el hombre más feliz de esta tierra, mira-, me entrego la bebe en mis brazos y era la cosita más linda que podía haber visto en mi vida.

HIBRIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora