CAPITULO 12: PROMÉTEME

717 48 2
                                    

PROMESA: Acto y expresión con los que una persona asegura o promete que va a hacer una cosa

Yo le dije al corazón  que te olvidara…

Rudamente me grito que me callara…

Después de una larga noche, me di cuenta de que mi hijo había dejado de comer durante una semana que estuve inconsciente, su cara estaba totalmente demacrada, pálida y con ojeras, provocando que mi instinto materno se preocupe y se asuste por el estado de salud que mi amado hijo.

Me levante de la molesta cama en donde había estado totalmente dormida y ajena  de lo que me alrededor pasaba, abrí la puerta de mi habitación y me fui a la habitación de Steven, toque dos veces la puerta y escuche un pase por parte de mi hijo.

Al entrar, pude ver que su habitación estaba un completo desastre, ropa interior por cualquier lado, libros regados en la cama, envolturas de chocolate y comida chatarra en su escritorio. Steven se encontraba mirando a un punto vacio sentado en el suelo de su habitación con su hermoso rostro agotado por lo que ha sucedido en estos últimos días.

Cerré la puerta de su habitación al adentrarme en ella y sentándome en frente de él, tome su rostro y lo hice mirar directamente a mis ojos y le pregunte:

-¿En que estas pensando?-, inmediatamente sus hermosos ojos azules se llenaron de lágrimas y me respondió:

-Doy gracias al cielo de que estés viva, no sé qué haría sin la persona más importante de mi vida, y me arrepiento total y absolutamente de todo el sufrimiento que te hice pasar cuando no llegaba a casa o cuando te citaban por mis travesuras. Casi muere mi madre y nunca hice nada por ella, soy un terrible hijo y…-, no lo deje que continuara ya que puse mi dedo índice en su boca y le respondí con una sonrisa cálida:

-No te preocupes Steven, nunca digas que no has hecho por mí porque tu eres la terapia y el ser que ilumino mi vida y le dio esperanza para poder convivir con los demás sin tener que beber de su sangre o descuartizarlo. Además, tú no eres el peor hijo del mundo, me siento orgullosa de ti, no solo por tus excelentes calificaciones o tu gran variedad de conocimiento, sino que, me enorgullezco de tener de hijo a Steven Rosweld, el chico que cree en la libertad y en su corazón, y que a pesar de nacer de una madre diferente, siempre estuvo orgulloso de esta sin importar su pasado-.

-Má, se que eres la mujer número de este planeta, pero ¿Por qué te sientes orgullosa de un hijo que no nació igual a ti?-.

-¿Cómo no estar orgullosa del ser al que le di vida y estuvo en mis brazos por mucho tiempo? ¿Cómo no amar a ese ser que creció en su propio vientre y lo protegió y curo cuando este tenía una enfermedad? ¿Cómo no amar al mejor hijo del mundo?-.

-Má, yo sé que eso lo dices por consolarme, pero dime la verdad si no nací como papá, que es un hombre lobo desde que tenía trece años, y no nací como una vampiro o demonio como tú ¿Por qué CARAJOS nací humano?-.

-Te lo voy a explicar-, retire las manos de su rostro y apoyándolos sobre mi regazo lo mire a sus ojos y le respondí: -Tu naciste igual a mí-.

-¿Cómo así? Má, tu eres un demonio-vampiro no un ser humano-, me miro con confusión latente en su rostro.

-Antes de que me hiriera mi madre biológica…-, Steven nuevamente me interrumpió diciéndome:

-¿Madre Biológica? ¿Tengo una abuela que es tu madre biológica má?-.

-Sí, mi vida es una farsa desde el momento en que nací y la persona que me dejo inconsciente fue mi madre biológica. Supuestamente soy hija de la verdadera Abrahel y mi padre es el rey de lo vampiros que aún no se cómo se llama, tengo un hermano gemelo y resulta ser que Gordon es ese y que lamentablemente ellos me dejaron con los Black apenas con dos semanas de nacida-.

HIBRIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora