CAPITULO 26: VENDIDA

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Steven estaba en coma en un hospital de Escocia (que por cierto no se me el nombre ya que del afán y el miedo que tengo no me di cuenta ni cómo ni a donde llegamos), Gordon estaba hablando unas cosas con Mickeyla, los Alphas de cada manada me dieron el sentido pésame, me agradecieron por haberlos ayudado a derrotar a Drake y a su ejército y se retiraron para irse a su manada respectiva.

Por mi parte, me encontraba en la habitación de mi hijo esperando a que despertase o diera algún síntoma de vida que me diera las esperanzas de vivir, pero, solo podía ver como respiraba y dormía profundamente. Ustedes se preguntarán ¿Estas en un hospital desnuda dejando ver a todos tus atributos?, pues como verán, gracias a los celos que sufre Anthony, en menos de tres minutos me trajeron algo de ropa para que me cubriese y no permitiese ver a todos los machos que nos rodeaban mi cuerpo entero.

Habían pasado tres horas aproximadamente después del ataque y ni Anthony o cualquier otro guerrero se me habían acercado ya que sentencie que cualquier lobo que se acercara a la habitación de mi hijo, su cabeza iba a rodar por las colinas de este hospital; sentía que mi mundo se estaba desintegrando lentamente nuevamente, y sin alguien a quien abrazar o en quien confiar, me sentía mucho más inmune a cualquier otra noticia que me pudiesen dar en este momento, pero, escuche unos pasos detrás de mí y dije:

-¿Acaso no entendieron que no quiero a nadie en esta habitación?-, sentí que alguien me tomo del hombro y dijo:

-¿Por qué estas así Annie? ¿Qué sucedió y por qué mi nieto está durmiendo plácidamente con todos eso cables a su alrededor?-, al darme vuelta sobre mi propio eje, me di cuenta de que el dueño de esa voz era nada más ni nada menos que mi queridísimo padre Nicholas Vladimof vestido con un traje negro, camisa de lino blanca y una corbata azul que hacían que resaltara sus ojos. Aquel me dedico una mirada de comprensión, pero, quitando su mano de mi hombro le dije:

-¿Por qué estas aquí y quien te dijo donde yo estaba?-, aquel me frunció el ceño y me respondió:

-¿Por qué me hablas de esa manera Annie? ¿Acaso no vez que deje mis asuntos en Kurkosof solo por venir a ver a mis hijos?-.

-¿Por qué quieres que cambie mi forma de ser o de actuar contigo, si tú mismo no impediste que me llevasen y me dejaran tirada con cualquier familia sin importar si esta era buena o mala? ¿Por qué quieres que te trate como mi padre si nunca has estado para mí cuando más lo necesite? ¿Por qué no te vas y me dejas en paz?-, y en menos de dos segundos recibí una cachetada de su parte en una de mis mejillas, me tomo varios segundos en reaccionar y vi que su mirada se había vuelto negra y siniestra y me respondió:

-No te permito que me vuelvas a hablar de esa forma Annie, podrás ser mi hija y pudiste haberte criado con distintas familias adoptantes, pero recuerda, soy tu padre y me debes respeto-.

-¿Cómo quieres que te de respeto si nunca me defendiste como un padre?, dejaste que mi madre hiciese conmigo lo que se le diera la gana y tu nunca hiciste algo para detenerla ¿O sí?-, dije alterada.

-¿Qué estas tratando de decirme? ¿Qué tu madre no te amo lo suficiente?-.

-Eso no lo estoy tratando de insinuar, eso lo aseguro Nicholas, ella me quiere matar por el simple hecho de ser más hermosa y más poderosa que ella ¿Acaso piensas que tu dulce mujer es una santa?-, respondí irónica.

-Estoy seguro de que no es una santa, pero, es tu madre y ella te ama tanto como yo te amo y no va a ser capaz de matar a su propia hija-.

-¿Acaso nadie te ha dicho que el día del cometa negro ella y yo nos enfrentaremos hasta la muerte?-.

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