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El menor se despertó de golpe cuando la luz del sol entrando por la ventana caló a su vista. Se removió unos segundos en cama, luego notó que estaba desnudo y los recuerdos de ayer volvieron a su mente uno por uno haciendo que sus mejillas se tornaran de un color rojo carmesí, hasta llegar a sus orejas también. Visualizó al mayor junto a él, la sábana solo le cubría de la cintura para abajo así que estaba descubierto de todo el pecho y cómo estaba acostado boca abajo, el menor pudo ver su ancha espalda junto a sus brazos bien trabajados. Tuvo ganas de tocarlo, acercó su mano pero la alejó enseguida cuando notó al mayor removerse y después abrir los ojos.

—Buenos días -sonrió levemente el menor. Esa sonrisa que le alegraba la vida al mayor.

—Buenos días Itadori-kun -se incorporó y luego acarició la mejilla del menor con suavidad. —Espera, ¿qué hora es? -preguntó al notar la claridad de fuera.

El menor tomó su móvil de la mesita de noche y checó la hora allí. —Casi las 9 -mencionó.

—¿¡Que!? ¡Hoy es tu graduación! -le recordó levantándose rápidamente de la cama.

La ceremonia de graduación se llevaría acabo a las 10:00am, y la escuela no estaba tan cerca del departamento del mayor. Aún no entendían cómo se les había olvidado algo tan importante, lo peor de todo es que el padre de Itadori seguramente debía de estar preocupado o enfadado por que su hijo no volvió anoche a casa.

El menor se quedó en la misma posición aún tratando de convencer a su cerebro de que ya venía siendo hora de que entendiera lo que había dicho el mayor. Se paró de golpe viendo cómo el mayor se metía al baño de la habitación.

—Puedes ducharte en la habitación contigua -le mencionó mientras abría la llave de agua.

El menor se levantó con algo de dificultad, no era un dolor intenso el que sentía, pero lo sentía levemente molesto. —¿No podemos ducharnos juntos? -preguntó con inocencia.

El mayor trago en seco nada más de pensar cosas indebidas mientras se bañaba junto a Itadori, negó varias veces para eliminar esos pensamientos en ese momento. —No.

Itadori se alzó de hombros sin tomarle demasiada importancia, salió de la habitación y se dirigió a la de al lado.

Cuando los dos ya estaban completamente limpios y aseados se vistieron cada uno por separado y después se encontraron en la sala. Gojo abrió la boca por la gran sorpresa que se llevó al ver lo hermoso que se veía su novio vestido de traje formal, era simplemente perfecto, no se cansaría nunca de repetírselo. Aunque fuera uno común, no tan lujoso ni nada parecido, pero el color negro tirando a gris oscuro le quedaba muy bien, junto a una camisa blanca por debajo del saco y unos pantalones del mismo color que el saco junto a unos zapatos negros.

—Te ves precioso. -se acercó para acariciar con suavidad su cabello bien peinado.

—Gracias, tu también te ves hermoso -se atrevió a decir el menor sintiendo como sus mejillas se ruborizaban.

El mayor vestía un traje formal completamente negro, exceptuando por la corbata color guindo y el chaleco debajo de su saco en conjunto con el abrigo gris de encima de su saco. Se veía como todo un empresario de la mafia por cómo vestía, desprendía palabras para poder mencionar "lujoso" por todos lados.

Si o si terminarían siendo el centro de atención de tal ceremonia, por el hecho de simplemente estar saliendo, además que ahora todos sabían que Gojo era el heredero de una de las empresas más reconocidas e importantes de Japón. Pero pensar en eso ya no le molestaba a ninguno, lo único que pensaban era en ver las reacciones que les daban gracia de esos homofóbicos.

Love with flaws; GoYuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora