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—¿¡Que es lo que él tiene que yo no tengo!? -espetó el menor enfadado aún recostado a la pared.

El mayor volteó sobre sus talones, comenzaba a colmarle la paciencia. —Si sigues metiéndote con el no te lo perdonaré jamás -volvió a empujarlo contra la pared. El mayor notó los ojos llorosos del menor, se veía asustado. —Me enojaré si sigues molestándolo -le admitió el mayor para después soltarlo y alejarse de él dejándolo más que destrozado.
...

Mientras caminaba para salir de las instalaciones escolares vio a lo lejos a un chico acostado en una banca cubriendo su rostro con sus brazos. Gojo se acercó suavemente a él, cuando el chico escuchó pisadas acercarse cubrió su rostro con su capucha y se levantó de allí.

—¿Itadori-kun? -le menor escuchó la voz familiar detrás de si. Volteó con suavidad sobre sus talones encontrándose a la persona menos esperada allí. —¿Que te ocurrió? -preguntó el mayor cuando el aire logró tumbarle la capucha y logró ver fugazmente los moretones que se notaban en su hermoso rostro, que ahora se veía más que mayugado.

El menor negó repetitivamente mientras miraba al suelo sorbiendo su nariz. Al mayor no le importó lo que fueran a pensar las personas que los vieran a lo lejos y jaló el cuerpo del menor hacía sí y lo envolvió en un suave y cálido abrazo. Donde el menor acurrucó su cuerpo presionando su cabeza con suavidad en el pecho del mayor mientras comenzaba a llorar allí y el mayor acariciaba suavemente su espalda en forma de apoyo incondicional.

Terminaron por sentarse en la banca donde hace unos momentos el menor estaba acostado sufriendo en soledad. El menor tenía su cabeza recostada en el hombro del mayor mientras este acariciaba su cabello con suavidad.

—Tengo miedo -admitió el menor sollozando.

—¿Que te causa tanto miedo? -preguntó el mayor con preocupación notando el nerviosismo en la voz del contrario.

—Lo que debe estar pensando mi familia después de haber visto ese video -sorbió su nariz. —No estaba listo para que lo supieran, y menos de esa forma -admitió el menor apretando sus muslos con fuerza con sus manos. Se sentía como un completo imbecil por haber caído tan fácilmente en los malvados juegos de Ryomen Sukuna.

Gojo tomó con suavidad al menor por el cuello y volvió a jalarlo hasta el para hacer que este escondiera su rostro en su pecho. —Yo estaré siempre aquí para apoyarte -habló el mayor mientras acariciaba con suavidad su cabeza. —Te lo prometo -estaba siendo más que sincero, además que le dolía demasiado ver en ese estado a su pequeño, si que lo habían lastimado muchísimo tanto físico como mentalmente en solo un día qué pasó que la sociedad se enteró de que él era homosexual. Gojo sinceramente estaba completamente harto de la sociedad, solo quería que no volviera a repetirse ese tipo de cosas y que los trataran como personas normales y corrientes como todos los demás. No solo por su orientación sexual debían discriminarlos y excluirlos.

Duraron un buen rato allí juntos mientras el menor se desahogaba en brazos del peliblanco. Se separaron después de unas cuantas horas.

—Te llevaré a casa -le habló el mayor levantándose de allí para brindarle su mano, este la tomó de inmediato y comenzaron a caminar juntos hacia la salida de las instalaciones de la universidad.

Al llegar al estacionamiento fuera de la universidad el mayor le quitó el seguro a su automóvil con la llave, le abrió la puerta de copiloto amablemente al menor para después rodear el automóvil y entrar a su asiento. Encendió el auto y comenzó a conducir hacia donde recordaba por última vez a donde había llevado a Itadori. El menor pudo notar lo confundido que estaba su mayor, colocó su ubicación en el gps del automóvil, el mayor río con nerviosismo agradeciendo para seguir conduciendo con seguridad hasta la provincia en donde vivía el menor. Pasaron varios largos minutos ya que el tráfico estaba mucho más inmenso de lo común.

Aveces en los semáforos en rojo el mayor volteaba a ver al menor de reojo fugazmente, notaba como este volteaba hacia fuera de la ventanilla viendo a su alrededor a las personas que pasaban por allí y los automóviles ir y venir conduciendo con velocidad.

Al llegar se estacionó del otro lado de la calle frente a la casa del menor. El menor se desabrochó su cinturón temblando, ya que por alguna razón moría de frío, posiblemente haya tomado algún resfriado. El mayor salió del auto rodeándolo después de desabrocharse su propio cinturón de seguridad para abrirle la puerta de copiloto al menor para que pudiera salir. Este sonrió tiernamente reverenciando suavemente y después se bajo del automóvil. Cruzaron la calle uno al lado del otro para quedar frente a la puerta de la casa del menor.

Los dos se encontraban allí uno frente al otro sin decir o hacer nada, en realidad no sabía ninguno que decir o llevar a cabo, los nervios los consumían demasiado. Además de que el dolor físico que el menor sentía en el rostro era insoportable. El mayor acercó su mano a la mejilla del menor acariciandola con suavidad mientras este estaba cabizbajo. Alzó su mirada de golpe cruzando su mirada con la del mayor, este le sonrió con sinceridad de una forma única y hermosa.

—Que descanses Itadori-kun -le deseó el mayor mientras recorría su cuello con suavidad con su mano. El menor se dejó ser aunque estuviera sintiéndose extraño, le gustaba sentir el tacto del mayor en su rostro, lo hacía sentir cómodo y seguro el simple hecho de estar tan cerca suyo.

El mayor volvió a abrazarlo una última vez y después se despidieron allí frente a la puerta, el menor fue el primero en entrar por la puerta después de agitar su mano con una pequeña sonrisa en el rostro. Ese día había mejorado demasiado desde que Gojo Satoru se le apareció y lo hizo sentir mucho mejor, como si nada de lo que hubiera ocurrido fuera real y solo su mundo estuviera completo junto al mayor.

El mayor regresó hasta su automóvil después que escuchó al menor entrar a su casa caminando a paso lento. Entró a su automóvil, lo encendió y comenzó a conducir de regreso a su casa. Estaba satisfecho de poder haber pasado un poco del tiempo de ese día junto al chico que lo estaba más que enloqueciendo.

Love with flaws; GoYuu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora