Capítulo 39

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- Ese chico, Max Dennison es lindo – digo mientras me meto un puño de palomitas en la boca.

- Lo sé, llevo más de diez halloween's enamorada de él.

- Yo lo estoy de Sara – las dos volteamos a ver a Matt – ¿Qué? Es linda.

- Es una bruja.

- Igual que Hermione – se defiende.

- Oye, no confundas las franquicias – Gi le tira palomitas y Matt le devuelve el gesto.

- Ya basta – como estoy en medio de ellos las palomitas caen en su mayoría sobre mí – ¡Chicos! – chillo haciendo que se detengan.

- Perdón.

- Ahora veamos la película.

De reojo veo como los mellizos mueven los labios en ciertas partes repitiendo los diálogos por lo bajo sacándome una sonrisa.

- Se reunió con su hermana – hago un puchero de la ternura – Otra, otra.

- ¿Brujillizas o Halloween Town?

- Eh, brujillizas – asiente y la ponen. Recuesto mi cabeza en el hombro de Matt y paso mi pierna encima de la Gi.

- ¿Qué te pareció?

- Era el tío, que maldito.

Así pasamos todo el sábado, entre películas y diferentes comentarios hechos más que todos por mí.

Mañana ya es Halloween, mi primer Halloween de verdad, tener a mis hermanos, a mis amigos lo hace aún más especial.

- Kay – Lis me saca de mi ensoñación – ¿Ya tienes tu disfraz para la fiesta? – Lis, Is, Lu, Ámb y yo estamos sentadas en una de las mesas ya que los chicos y Gi se quedaron arreglando unas cosas con él profesor de trigonometría.

- Si, Gi me acompañó a comprarlo – miro a las chicas frente a mí y sonrío – Chicas, ¿Cómo van con sus respectivas parejas? – todas ponen una mueca incomoda haciéndome fruncir el ceño – ¿Is, todo bien con Matt?

- Sí, todo bien Karys – se levanta y se va hacia la zona de comida.

- ¿Pasó algo? ¿Pelearon?

- No, no pasa nada – habla Lu con un tono forzado – ¿Lis, me acompañas? – la mencionada asiente y se van juntas.

- Ámb – la miro confundida.

- Yo estoy muy bien con André – me sonríe – Él es un amor, me trata súper bien, es muy tierno – sus ojos brillas haciéndome sonreír.

- Me alegro mucho, sis, te mereces un amor bonito – ella me sonríe y justo llegan los chicos – Hola, hola.

- Hola – Elían llega a mi lado.

- Lían, ¿Podemos ir a la terraza? – me mira integrado, pero asiente.

- ¿Todo bien? – pregunta cuando llegamos – Kay... - lo corto con un beso.

- Ahora está todo perfecto – sonrío – ¿Estás emocionado por mañana?

- Creo que no hay nadie que se emocione tanto por Halloween, kiri.

- Es que es mi primer Halloween, ¿Quieres salir a pedir dulces conmigo antes de la fiesta?

- ¿Eh?

- Nunca lo he hecho y Gi y Matt me dijeron que me acompañarían, pero quiero saber si tú quieres ir conmigo.

- Lo siento, no puedo – su expresión cambia – Debo ir al salón – se encamina a la puerta.

- Pero faltan diez minutos.

- Nos vemos mañana en la noche – abre la puerta.

- ¿No te gustaría... ir a casa hoy? – murmuro lo último al ver que ya se fue. Los diez minutos restantes los paso en la terraza, sola.

Noche de Halloween.

- Kay, vamos, faltan dos horas para la fiesta – Gi me tiende un vestido corto pero pomposo y una pequeña corona – No vas a salir a pedir dulces con tu disfraz de policía, estaré abajo con Matt – sale de mi habitación.

- Genial – me cambio rápidamente y me dirijo a la habitación de Ámb – Sis – entro.

- Creí que ibas a ser policía.

- Sí, es que saldré a pedir dulces, ¿Quieren venir? – André y ella se miran entre sí.

- Claro.

- Yo me debo arreglar – tuerzo la boca – Pero vayan y me regalas uno de tus dulces.

- Perfecto – André se levanta de la cama y salimos de la habitación – Eres un buen lobo.

- Gracias, Ámb duró dos horas haciendo el maquillaje y es solo la mitad de la cara, pero cuando me aburría me daba un beso – sonríe.

- Me empalagas – llegamos a la sala – Hola, ya estoy lista.

- Bien, vamos – nos montamos al auto de Matt para ir al centro de la ciudad.

- Debes decir, dulce o truco, sonreír y estirar tu calabaza para que te den dulces.

- Entendido, gracias por acompañarme – bajamos del auto y chillo de la emoción al ver a los niños caminar de aquí a allá.

Los chicos se fueron a una cafetería mientras recorro las ultimas casas, mi calabaza está llena de dulces, me siento como una niña, pero eso me hace feliz, lo máximo que sabía de esta fecha era por una que otra película que nos pusieron en el orfanato, pero vivirlo es completamente diferente, paso por junto a un grupo de chicos y chicas para poder entrar a la última casa que me falta por visitar.

- ¿Estás pidiendo dulces? – me pregunta uno de ellos.

- Eh, si – frunzo el ceño dispuesta a alejarme.

- Que ridícula – dice otro y todos se ríen haciendo que se me comprima el estómago.

- ¿Cuántos años tienes, cinco? – se vuelven a reír haciendo que baje un poco la cabeza por la vergüenza.

Me alejo de ellos hacia la cafetería sintiéndome una tonta.

- Me quiero ir ya – digo cuando llego junto a ellos.

- ¿Por qué?

- Nada, Matt, solo me quiero ir.

- Estabas muy emocionada por pedir dulces, ¿Qué pasó?

- Siéntate – André corre una silla para mí, pero yo no me quiero sentar me quiero ir y dejar de hacer el ridículo, aun así, me siento.

- Pasa que soy una tonta.

- No digas eso, niña, no lo eres.

- Kay, cuéntanos.

- Unos chicos se burlaron de mi por pedir dulces – bajo la cabeza – Me llamaron ridícula.

- ¿Dónde están esos hijos de puta? – me sorprende el tono de Gi.

- Solo quiero ir a casa y arreglarme para ir a la fiesta, ¿Podemos irnos?

- Bien- masculla Matt – Vamos.

El color de ojos no importa [BORRADOR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora