- Oye – alcanzo al Jayden en el pasillo de la escuela.
- ¿Qué? – se voltea verme aburrido.
- Solo te quería agradecer.
- ¿Por qué? – se cruza de brazos.
- Por decirle a la policía lo de Jason – no responde.
- De nada – se da la vuelta, pero lo tomo por del brazo.
- ¿Por qué lo hiciste?
- Porque te ganaste mi respeto, ahora deja de joderme – se suelta de mi agarre.
- ¿Todo bien? – unos brazos conocidos se cierran en mi cintura sacando me una sonrisa.
- Sí, todo perfecto.
- ¿Vamos a mi casa en la tarde? – asiento.
- Hoy debo llamar a Chrisy, esa ingrata me tiene olvidada – llegamos a la cafetería.
- Seguro ha estado ocupada.
- Puede ser.
- Vamos a pedir algo de comer, ¿Kay nos acompañas? – Gi se levanta seguida de Matt, asiento y los sigo.
- Niña, ¿Vienes a casa el sábado? – frunzo el ceño.
- Vamos a remodelar mi habitación, por si nos quieres ayudar.
- Is y Lu no pueden ir – Matt se encoje de hombros.
- ¿Soy la última opción? – me hago la ofendida.
- Confórmate con saber que eres opción – sonrío.
- En el fondo ustedes me aman, yo lo sé – ellos se miran entre sí y ruedan los ojos.
- Lo que digas, Ka – compramos la comida y volvemos a la mesa.
- ¿Antes de ir a tu casa podemos ir a la colina? – asiente y beso su mejilla.
Bajamos del auto, de la parte de atrás de este sacamos una manta para tenderla en el piso y acostarnos en ella. Saco mi celular y marco el número de orfanato.
- Hola – saludo con entusiasmo.
- Hola, Kay, no tenemos mucho tiempo – frunzo el ceño.
- ¿Por qué?
- Tenemos un maestro nuevo, tenemos clase en cinco minutos – hago un puchero.
- Bien, los quiero mucho.
- Nosotros a ti – dicen al unisón y cuelgan.
- ¿Qué pasa, hermosa? – acaricia mi cabello.
- No lo sé – juego con mis manos sobre su pecho.
- Kiri, no hemos seguido investigando sobre tus padres biológicos, en internet no me sale nada tal vez podríamos...– me lanzo sobre él interrumpiéndolo
- Gracias por buscar, mi amor, pero creo que dejaré la búsqueda hasta aquí – sus ojos brillan.
- ¿Cómo me llamaste? – acaricia mi cadera.
- Mi amor – beso sus labios – ¿Algún problema? – bajo mis besos a su cuello, empiezo a desabotonar su camisa.
- Ninguno – aprieta mis caderas, paso mi boca por todo su pecho sacándole uno que otro jadeo – ¿Desde cuando eres tan insaciable? – rápidamente desabotona mi camisa dejando expuesto mi sostén blanco.
- Es por tu culpa – meneo mi cadera sobre su entrepierna.
- ¿Cómo es mi culpa? – quita mi sostén dejándome desnuda en la parte de arriba.
- Si no fueras tan bueno en lo que haces no tendría la necesidad de repetir tanto – sonríe con superioridad.
- Con que soy bueno en lo que hago, ¿Eh? – sus manos bajan a mi trasero y lo aprieta sacándome un jadeo.
- Muy bueno – murmuro. Quita mi falda junto a mi ropa interior y yo quito toda su ropa dejándolo como Dios lo trajo al mundo, Mmm.
- Eres una tentación andante, Kiri – muerde uno de mis pechos sin llegar a lastimarme, está por voltearnos, pero lo detengo.
- ¿Podemos hacerlo así? – muerdo mi labio con duda, su mirada baja de mis ojos a mi boca y así por todo mi cuerpo, siento como su palpitante miembro crece debajo de mí.
- Todo lo que quieras, amor – con su brazo toma su pantalón y de uno de los bolsillos saca un preservativo.
- ¿Por qué lo llevas al colegio?
- Por si mi novia decide raptarme a un lugar solitario y hacerme el amor – una sonrisa de dibuja en mis labios, me hago a un lado para que coloque el preservativo y me monto encima de él otra vez – Mi cielo, esta posición es un tanto más... – tomo su miembro y lo guio a mi entrada.
- ¿Eh? – lo deslizo dentro de mi lentamente, oh ya lo entiendo, cuando ya está por completo adentro gimo – Eres tan hermoso – acaricio su mejilla.
- Kiri – jadea cuando me muevo, sus manos están en mis caderas ayudándome a marcar el ritmo – Si, así – murmura con voz ronca. Adentro, afuera, adentro, afuera, roce, fricción, una perfecta sincronía que me lleva a la locura.
- ¡Elían! – gimo cuando llego al orgasmo, él entra un par de veces más en mi antes de correrse.
- Dios – murmura, caigo sobre su pecho.
- Eso... eso fue sensacional.
- Mierda, sí que lo fue – sus manos acarician mi espalda – ¿Por qué ya no quieres buscar a tus padres?
- Lían, ¿De verdad vamos a hablar sobre mis padres biológicos mientras estamos desnudos? – su pecho vibra gracias a su risa.
- ¿Qué tiene de malo?
- Es que no se si los quiera encontrar – digo al fin – Tengo miedo.
- ¿Miedo? – asiento.
- Toda mi vida me he convencido de que ellos tenían una buena razón para dejarme o al menos una razón, pero ¿Y si no? ¿Y si solo era un estorbo? Yo no... no podría sabiendo que me dejaron y que pasé todo lo que pasé porque no les importé.
- Bien, dejamos la búsqueda hasta aquí – toma mi cabeza haciendo que lo mire, sus ojos buscan los míos – Te amo – mi boca y mis ojos se abren con impresión.
- Elían...
- No, no es necesario que lo digas, sin presiones – sonríe.
- Elían – acaricio su mejilla, ante mi acto él cierra los ojos – También te amo – sus ojos se abren llenos de sentimientos, me acerco a sus labios y los beso lentamente – ¿Segundo round? – nos voltea quedando el sobre mí.
- Mierda, como te amo – sonrío y lo vuelvo a besar.
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El color de ojos no importa [BORRADOR]
Roman pour AdolescentsKarys es adoptada por una familia con muchas comodidades, en otras palabras, millonarios. Ella deberá enfrentarse a su pasado, hacerle frente a su presente y tomarle poca importancia a lo que le depare el futuro. Llegará a la familia Marks generando...