Capítulo 49

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- ¿Qué? – estamos a mediados de diciembre, casi se acercan las fiestas, mi relación los mellizos en algo extraña, algunas veces les digo hermanos y parce que fueran a llorar, con Elían las cosas van de maravilla, al igual que con mis hermanos y amigos, con Chrisy y Corey no he hablado tanto.

- Queremos que viajes con nosotros este fin de semana a visitar a los abuelos – estamos en mi casa, más específicamente en la sala de juegos, estamos todos.

- No creo que...

- Niña, solo serán dos días, menos en realidad, claro que si no quieres no es necesario que vayas.

- Bien – murmuro mirándolos.

- Bien ¿Qué?

- Bien, voy con ustedes – me sonríen y me abrazan.

- El otro fin de semana es navidad, ¿Estás emocionada? Es la primera navidad con nosotros – sonrío.

- Sí, estoy emocionada, espero que nos les moleste, pero invité a Bi y a Fred.

- No nos molesta – me sonríe Nas.

Ese día me fui a dormir con un nudo en el estómago, conocería a mis abuelos, los mellizos dijeron que estarían todos y mierda tengo miedo.

Al día siguiente al despertar en nudo en el estómago sigue ahí, me levanto, me ducho rápidamente y me cambio, bajo las escaleras con la mochila sobre mi hombro.

- Buenos días – saludo a mis padres.

- Buenos días, hija.

- ¿Estás nerviosa? – asiento mordiendo mi labio inferior – Tranquila, Gianna y Matteo no van a permitir que pases un mal momento.

- Lo sé, pero ¿Y si no me quieren? – dudo.

- Pues que imbéciles – mamá le da una mirada a papá ante la palabra – Sabes que es verdad.

- Eres una increíble persona, hija todo va ir bien – asiento, desayunamos en un ambiente agradable. Justo cuando bajo tras lavar mis dientes veo a los mellizos en la entrada.

- ¿Lista, Ka? – asiento dudosa, me despido de mamá y papá.

- ¿Queda muy lejos? – niega.

- Queda a menos de una hora – me recuesto en la silla.

- ¿Entonces por qué me hicieron despertar tan temprano?

- Los abuelos querían que llegáramos temprano – asiento.

El camino fue tranquilo, no hablamos mucho, pero los pocos comentarios me hacían sonreír. Llegamos a una casa enorme, realmente enorme.

- Wow.

- Lo sé, aquí viven los abuelos, algunos tíos y primos, es como una fortaleza.

- ¿Sus cuatro abuelos viven aquí? – niegan.

- Solo los papás de mamá, los de papá viven en otra ciudad, pero vienen seguido.

- Okey – bajamos del auto, Matt pasa su brazo por mis hombros y Gi toma mi mano entre la suya.

- ¿Lista? – asiento.

Abren la puerta, me sorprendo al no ver a nadie, ¿Dónde estás las personas? Me guían por la casa hasta el patio trasero, el bullicio de las voces llega a mi erizando mi piel, cuando se dan cuenta de nuestra presencia todos quedan en silencio.

- Hola – saludan al unisón.

- Hola – murmuro, cuatro señores algo mayores se acercan dudosos, aprieto la mano de Gi.

- Hola, somos...somos tus abuelos – les sonrío, pero no respondo.

Después de ahí todo son presentaciones, son tantos nombres y caras que solo me grabo unos cuantos, durante toda la mañana me pegué a los mellizos como una garrapata, ellos solo me sonreían y murmuraban un tranquila.

Ahora estoy sentada frente a los mellizos y una prima, ellos tratan de incluirme en la conversación, pero ella cambia de tema tan rápido que se hace difícil seguirle el ritmo.

- Estoy saliendo con un chico – Matt frunce el ceño.

- ¿Qué? – ella sonríe.

- Ay Mattie no seas un hermano celoso.

- ¿Hermano? – elevo una ceja, su mirada se posa sobre mi mirándome con superioridad.

- Mattie y Gia, son como mis hermanos y yo soy su hermanita – me levanto y camino hasta quedar en medio de los mellizos.

- Matt y Gi son mis hermanos y yo soy su hermanita – se cruza de brazos indignada, está por replicar, pero algún primo la llama y se aleja.

- ¿Qué fue eso? – Gi se cruza de brazos sonriendo.

- ¿Qué cosa? – me hago la desentendida.

- Matt y Gi son mis hermanos y yo soy su hermanita – repite Matt en un intento de imitar mi voz.

- ¿Dije algo que era mentira?

- No – dicen al unisón.

- ¿Entonces?

- ¿Desde cuándo tan posesiva?

- No soy posesiva – me excuso – Solo que ustedes son mis hermanos, no de ella, además me mira como si fuera mierda.

- Bueno, sabes que no eres mierda, así que no hay problema – me acerco y los abrazo.

- ¿Están conscientes de que si estoy aquí es por ustedes? No les digo que te amo seguido, pero espero que esto no los haga dudar de mí.

- Eres una buena hermanita – me sonríen.

- La mejor – mi celular vibra, deshago el abrazo y sonrío al ver el nombre de Elían en la parte superior – Oye nos estabas abrazando

- Elían me llama – les lanzo un beso, contesto y me llevo el celular a la oreja – Hola, amor.

- Hola, kiri, ¿Qué tal el viaje?

- Bien, ya conocí a todos – me alejo hacia una esquina en busca de privacidad – Todo es un poco raro – murmuro.

- ¿Por qué?

- No lo sé, me tratan como si me conocieran de toda la vida y es raro.

- ¿La estas pasando bien?

- Sí, todos son muy amables a excepción de la perra – suelta una carcajada.

- Asumo que no estamos hablando del animal – sonrío.

- No, una de sus primas, se refería a mis hermanos como si fueran los suyos – suelto un bufido.

- Y por ese tono intuyo que le dejaste claro quién es la hermana.

- Claro que lo hice – sonrío – ¿Me extrañas? Porque yo te extraño.

- Sí, te extraño, desearía que estuvieras aquí, para poder besar tus labios, después bajar por tu cuello, llegar hasta tus hermosos pechos, lamerlos, morderlos – aprieto las piernas.

- Lían – advierto.

- Es algo que tendremos que hacer cuando vuelvas.

- Espero que cumplas tu palabra.

- No lo dudes, Kiri.

El color de ojos no importa [BORRADOR] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora