Verdades a medias

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Jasmeiry llegó a casa de Erick dónde efectivamente la esperaba su mamá, la cara de ellos era de incertidumbre ella ni siquiera sabía que hacer, en efecto decidió ir allí para saber la verdad, para que Erick o su mamá le contarán la verdad...

La casa parecía diferente a como ella la había visto las veces que fue, le daba temor pero a la vez sí quería estar allí para saber lo que tenían que decirle, la madre de Erick le dijo que se siente pero Jasmeiry no quiso, por lo que se quedó callada.

–Hablaste con Esther– dijo la madre de Erick afirmando.
Jasmeiry solo asintió con la cabeza sin decir una palabra... Ella solo quería que hablara sin rodeos y fuera al grano, la madre de Erick lo vió en sus ojos.

–Te voy a contar, Erick te dirá el resto–. Jasmeiry seguía confusa y con cara de: ¡Dilo ya!.

Erick solo las observaba, tenía miedo de que después de que Jasmeiry supiera la verdad no le crea.

Madre de Erick: las cosas sucedieron así: cuando yo quedé embarazada de Erick su padre nunca lo aceptó, lo rechazó e incluso afirmó que no era suyo cuando sabía perfectamente que sí, yo solo era una jovencita de 16 años con un bebé dentro, no lo quería tener, así que hice lo posible por sacarlo de dentro de mí pero fue inútil, era tan inmadura que no podía hacerlo, así que recurrí a las drogas, al alcohol y todo eso mi bebé lo sentía dentro, al cabo de unos meses vagando por la calle y comiendo de lo que me daban encontré una familia, porque la mía me había echado de casa, ellos me acogieron durante mi embarazo con la condición de qué cuando naciera mi bebé tenía que trabajar, yo acepté, ellos me cuidaron durante todo ese tiempo, cuando Erick nació, nació con condiciones pulmonares debido a mí descuido, lo que ocasionó qué llevará un tratamiento que era muy costoso, las personas que me acogieron me ayudaron en todo... Luego pude trabajar y salir de casa de ellos con mi bebé, cuando Erick tenía 12 años su padre volvió, Erick no lo conocía, pero era muy inteligente. Cuando Erick tenía 12 años cometí el gran error de contarle todo, el niño era muy inteligente, siempre lo ha sido y desarrolló un odio hacía su padre que yo no pude controlar, cuando su padre volvió me maltrataba...

En ese momento Erick interrumpió a su madre:

–vamos a arriba– dijo a Jasmeiry.

Jasmeiry decidió ir con él para saber lo que seguía de la historia, cuando llegaron a la habitación de Erick Jasmeiry se sentía muy incómoda, al punto de desear irse...

–No tengas miedo, por favor déjame explicarte, nunca le he dicho esto a nadie– dijo él suplicando.

Jasmeiry lo miró a los ojos y vió sinceridad en ellos, tanta que se perdió y en cuestión de segundos volvió en sí.
Erick siguió contando:

–Cuando ví que mi madre era tan maltratada no lo soporté más, tomé el cuchillo de la cocina y...– Jasmeiry lo miró con cara de susto, tenía los ojos aclarados y se alejó de él.

–No supe lo que hice, le enterré el cuchillo en la espalda, pero no murió solo salió corriendo y nunca más regresó– dijo Erick en forma de disculpa.

Jasmeiry estaba muy confundida:

–Pero... ¿Que tiene que ver Esther y esas otras chicas con todo esto?, ¡Explícame!

– De dieron cuenta, no sé cómo pero al colegio donde iba llegó la información y me echaron, me tacharon como un asesino cuando mi padre ni siquiera murió, después de eso, Esther de ha encargado de perseguir me, de decir mentiras de mí dónde quiera que estoy, no tengo idea de cómo llegó aquí, pero debes creerme Jasmeiry por favor– Erick parecía muy interesado en que Jasmeiry le creyera, hasta pareciera que le importaba más eso que lo que pudiera hacer Esther en el instituto:
–Cuando llegaste al instituto fuiste la única chica que me habló en todo el semestre, la única que se interesó en investigar de mí...– Jasmeiry lo interrumpió:
–¿Cómo sabes que investigué de tí?–

–La rectora me lo comentó– dijo él asintiendo.

–¿Me crees Jasmeiry?, ¿Crees que yo no soy nada de lo que ella dice?– Erick en serio quería que ella le creyera...

–¿Por qué yo?, ¿Por qué te interesa tanto que te crea?–

– Porque sé que te gusto, si no no hubieras querido saber de mí y tú me pareces una chica estupenda–

Jasmeiry no lo podía creer, ese chico difícil, amargado, cruel, callado, pero guapo y muy inteligente se había enamorado de él, era como un sueño para ella.

Ambos se quedaron viéndose mientras acercaban sus rostros mirándose fijamente a los ojos.
Pero Jasmeiry no pudo hacerlo, dijo que necesitaba pensar, necesitaba asimilar lo que le habían dicho, salió de la habitación y Erick no hizo nada para impedirlo...

Erick se quedó en su habitación, pensando en todo lo que había echo, se lamentó por hacerle dicho eso y por todo lo que había pasado...
Su madre entró:

–Hijo, sé que ella lo entenderá, ¿Viste sus ojos?, Ella te ama hijo y no va a culpar te.–

Erick abrazo a su mamá sollozando.

–¿Estás llorando?– Erick hace muchos años que no lloraba, ni cuando le ponían una inyección en el hospital, ni cuando se hacía un montón, nunca–

Erick había llorado por una chica y su mamá creyó que era el comienzo del cambio de su hijo.

Mientras tanto Jasmeiry en su casa solo estaba en la cama, mirando al techo y asimilando lo que le habían dicho.

En ese momento se acordó de la cicatriz que tenía Erick en el brazo, no le había dicho nada de eso, Jasmeiry se preguntaba por qué, y se dió cuenta que en realidad faltaba más por con contarle, que no había sido esa toda la historia, estaba tan indecisa, no sabía sí llamar a Erick y a su mamá o quedarse esperando a ver qué le decían.

No quería quedarse con una verdad a medias.

El chico de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora