Reencuentros

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Esa noche Jasmeiry se fue con Daniel en su carro, dejando a sus amigas que se fueran en taxi.

–¿Qué pasa?– preguntó él viéndola mirando al horizonte.

–Nada– dijo ella mirando afuera.

–Sabes por qué hice esto–. Ella lo miró –porque me gustas Jasmeiry, sí, me gustas y quiero que seas mi novia si así tú lo decides–

Ella solo lo miró mientras él se detenía en un lago. Ambos bajaron del carro.

–¿Ves esto?, Aquí venía yo los días que te ibas con Erick que se yo dónde, a tirar piedras y a contar historias que nunca iba a vivir contigo.

–Daniel, ¿Por qué haces esto? Si sabes que no podemos estar juntos, sabes que estoy enamorada de Erick, sí, lo estoy aún aunque se haya ido sin avisar–, ella volteó a ver hacía el río y mientras miraba el agua oscura de la noche, le contaba como se sentía a partir de qué Erick se había ido.

–Yo te puedo hacer más feliz– dijo él. –sabes que puedo hacerlo, dame la oportunidad por favor–.

–Ni siquiera sé por qué vine, debí quedarme con mis amigas, estaba bien– Jasmeiry se fue caminando muy molesta, y siguió caminando sin rumbo, porque no sabía dónde estaba.

–Oye!!– Vuelve.

Ella siguió caminando sin rumbo, molesta y con ganas de regresar.

–No!, Déjame, me voy a ir, sabes muy bien como me siento y vienes con esto!, Estoy muy molesta déjame– ella se paró pero seguía molesta– ¿Y sabes que es lo que más me molesta?, No!! Estoy enojada.

Jasmeiry seguía caminando sin rumbo hacia el oeste, muestras Daniel la seguía tratando de detenerla. En ese momento se paró una Jeepeta color negro, la tomó y se la llevó. Daniel intento enfrentarse a los hombres pero lo golpearon dejándolo inconsciente.

–Tenemos la mercancía– dijo uno de los hombres que se la llevó, mientras le amarraban la cabeza con una funda negra.

Ella intentaba salir de dónde estaba, mordió la mano de uno de los hombres y empezó a gritar, no tenía celular porque se le había caído cuando la tomaron.


                           •    •    •

Del otro lado de la ciudad, Erick seguía prisionero, con hambre y sed.

En ese momento entró alguien más.

–Te tenemos un regalo guapetón–. En ese momento llevaron a Jasmeiry al lado de él, él no sabía que era ella porque estaba cubierta, pero al escucharla hablar, se dió cuenta de que sí.

A ella no le quitaron la capucha pero, aún así, seguía gritando.

–¡Jasmeiry!– dijo Erick asombrado

Ella aún no lo veía.

–Erick!, Erick!, ¿Que haces aquí?– en ese momento le quitaron la capucha y ella lo pudo ver.

Ambos se quedaron mirando, fue como una pausa del universo, entre ellos y sus ojos en ese momento.

–¡TE ODIO!, ¡¿POR QUÉ ME HICISTE ESTO?!, POR TU CULPA ESTOY AQUÍ, TE ODIOOOO!!!!– ella no paraba de gritar, se veía muy molesta, hasta los que los tenían prisioneros tuvieron que entrometerse.

–Pero yo pensaba que ustedes se amaban, de haber sabido hubiera traído a tu novio bonita– dijo él guardián.

–¿Novio?– preguntó Erick, mientras la veía con cara de tristeza– ¿Tienes novio tan rápido?– él preguntaba esperando una respuesta.

El chico de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora